Suman 34 ejecuciones en un día

en territorio mexicano.

Chihuahua y Sinaloa registraron en conjunto 14 ejecuciones; mientras que en Tamaulipas y Guerrero se reportaron dos asesinatos en cada estado.

Los nueve asesinatos en Chihuahua ubicaron a la entidad a cinco muertes de alcanzar las 400 víctimas por el crimen organizado. En Juárez, frontera con Estados Unidos, hubo seis muertos.

Los hechos violentos se combinaron con una balacera en Durango que dejó al menos 16 víctimas fatales, según alcaldes, y un lesionado, con los que se totalizan mil 356 ejecuciones en 141 días.

En especial el norte es escenario de una sangrienta guerra entre los cárteles de las drogas. Chihuahua, Sinaloa y Durango se han convertido en las últimas horas en el teatro de operaciones de una batalla por el control de territorios.

Estas tres entidades, junto con Baja California, Coahuila, Nuevo León, Zacatecas y San Luis Potosí contabilizan 980 de las mil 356 víctimas en lo que va de este año.

El gobierno federal sostiene que los golpes a las estructuras financiera y operativa de los cárteles han forzado al reacomodo de los mismos, lo que ha generado violencia e incluso las ejecuciones de familiares de los propios líderes.

Para el procurador de Justicia del estado de Sinaloa, Luis Cárdenas Fonseca, su estado vive un incremento en las ejecuciones y explica que ello se debe a dos causas: una que responde a la reacción de los grupos delictivos a los operativos que ejecutan en forma conjunta la Federación y los estados, y otra que tiene que ver con la recomposición de los cárteles.

Ante este escenario el gobierno local reestructuró sus mandos policiales y puso al frente de las tres principales corporaciones a tres militares de carrera. En Ciudad Juárez un militar en retiro asumió la titularidad de la seguridad pública, luego de que su antecesor fue asesinado hace nueve días.