Aunque es importante para los cultivos, la contribución del fertilizante en los rendimientos del trigo es analizada para determinar su impacto real.
Juan Manuel Cortes Jiménez, investigador del Instituto Nacional de Investigación Forestal Agrícola y Pecuaria (Inifap), precisó que es difícil decir con certeza cuanto contribuye el fertilizante en la productividad triguera.
Se tienen que analizar muchas variables como las variedades, las fechas de siembra, el método y la densidad de semillas en la superficie sembrada, sostuvo.
Pero también contribuyen en los rendimientos el manejo del agua de riego, el control de los insectos, las malezas y las enfermedades, dijo, así como los aspectos climatológicos y el fertilizante.
La semana pasada se dieron a conocer tres nuevas variedades de trigo producidas por particulares y resistentes a las royas, así como al acame y con mayores rendimientos, pues se lograron incluso 10 toneladas por hectárea.
En el Día del Agricultor, el 2 de abril, se analizará cómo han ido en incremento los rendimientos trigueros en el Valle del Yaqui durante los últimos años en base a las investigaciones de Inifap, dijo.
Durante los ciclos 2001-02 al 2007-08 en el Campo Experimental del Valle del Yaqui, se hizo un experimento de largo plazo con trigo no fertilizado durante siete ciclos y se comparó contra un tratamiento fertilizado con una dosis de 250 unidades de nitrógeno en forma de urea y 104 kilos de pentóxido.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), citó, el 40% del suministro proteínico de la dieta a escala mundial tuvo su origen en el nitrógeno sintético.
Pero en la actualidad los fertilizantes juegan un papel decisivo en la agricultura, afirmó, a pesar del incremento en costos y de sus impactos ambientales desfavorables.