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A sus 24 años de vida, Jacinto Flores Sánchez puede sentirse orgulloso de haber sido rescatado de las garras de la muerte.
El jueves 19 de marzo pasado, mientras trabajaba en una empresa frigorífica de la región, la cuchilla de una cortadora de carne se le encajó en el pecho.
La herramienta atravesó el ventrículo derecho de su corazón, en el que le causó una herida de aproximadamente centímetro y medio y el derrame de dos litros de sangre.
Gracias a la oportunidad con que se le trasladó al Hospital del Seguro Social (IMSS), Flores Sánchez pudo ser canalizado de inmediato a una cirugía poco frecuente debido a que con este tipo de lesiones los pacientes generalmente mueren en el lugar de los hechos, por la pérdida de sangre.
Los médicos cirujanos Miguel Ángel Saucedo, Raúl Rochín Aguirre y Ricardo Guzmán González, relataron los momentos vividos a la hora de restaurarle el corazón a un paciente que llegó ya prácticamente en agonía a sus manos.
“Le metí muchas ganas a la cirugía porque estaba pensando en los padres de este muchacho”, aseguró Saucedo.
Fue gracias a la participación multidisciplinaria de los médicos y enfermeras de urgencias y el Hospital General de Zona número Uno del IMSS lo que provocó una atención inmediata, dijo.
En menos de 15 minutos de su arribo al hospital, ya le practicaban una operación de tres horas y media de duración, expuso, luego de lo cual se le dio incluso reanimación para que el corazón reaccionara y así evitar daños cerebrales.
Hoy en día, Flores Sánchez ya está convaleciente y estable, a la espera de que le quiten las sondas colocadas para el drenado de los desechos propios de una operación de esta magnitud.
En 48 horas le eliminarán esos conductos y en esta misma semana podrá volver a sus actividades normales, sin secuelas neurológicas o renales, aseguraron los médicos.
