El temor de que la "narcoviolencia" en México se propagara a este lado del Río Bravo y que los enemigos ya estén adentro alimentó las exigencias de grupos conservadores en Estados Unidos para que complete cuanto antes el muro en la frontera sur.
La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, dijo que "en las próximas semanas" el presidente Barack Obama anunciará un plan "detallado" para responder a la creciente violencia en la frontera con México, que incluirá más recursos para combatir el tráfico de armas y dinero que caen en manos criminales.
Mientras tanto, la "narcoviolencia" es objeto de mayor escrutinio en los corredores del Congreso y en los principales medios de comunicación en Estados Unidos y ha dado abono a quienes desde siempre han exigido mayores acciones contra la inmigración ilegal.
Los legisladores advierten con más frecuencia que la espiral de violencia, en todas sus manifestaciones, constituye una "amenaza directa" para la seguridad nacional, tomando en cuenta que los narcos tienen presencia en al menos 230 ciudades del país y en sitios tan remotos como Anchorage (Alaska) y Sheboygan (Wisconsin).
La violencia llegó a tal grado que, hoy mismo, durante una audiencia del subcomité de Crimen y Drogas del Senado, el senador republicano Arlen Specter afirmó que en México hay una "anarquía" y que "se debe hacer aún más" para atacar el problema.
Por su parte, el senador republicano Jeff Sessions expresó el deseo de que se complete la construcción del muro en la frontera sur, tal como lo aprobó el Congreso de Estados Unidos.
En paralelo, el legislador demócrata Bart Gordon y su colega republicano Ralph Hall indicaron que en las próximas semanas presentarán un proyecto de ley para dotar a la Patrulla Fronteriza de equipos de alta tecnología para reforzar la seguridad en la frontera sur.
La semana pasada, Gordon envió una carta a Obama en la que destacó que si el gobierno mexicano comprometió más recursos y personas para la lucha antidrogas, entonces Estados Unidos debe "ampliar a la Patrulla Fronteriza y aumentar los esfuerzos para completar el muro". Igualmente, una treintena de legisladores republicanos de estados fronterizos también dijeron a Obama, en otra carta, que ya se han construido más de 965 kilómetros de muro, pero que quedan por completar otros 112 kilómetros de infraestructura.
Por ello, instaron al mandatario a que "tome acción inmediata para completar" la construcción de esos kilómetros de muro. Para estos legisladores, y grupos conservadores afines, el muro no es una panacea pero sí un componente clave de una respuesta multidimensinal para frenar el contrabando de drogas y personas.
Sin embargo, el sindicato de agentes fronterizos indicó que el muro ha tenido poco impacto en el combate a la violencia en la zona y que proporciona a los narcotraficantes cierto grado de "protección" para poder lanzar sus ataques contra los agentes estadounidenses sin ser detectados.