Porque las infecciones gastrointestinales son la primera causa de muerte en población infantil, sobre todo en menores de cinco años, es preciso tomar precauciones ante la llegada del calor.
Por lo menos ocho de cada diez niños padecen de alguna gastroenteritis, salmonelosis, tifoidea, cólera y enfermedad por rotavirus, que representan un problema severo de salud pública, de acuerdo a las estadísticas del IMSS.
A pesar de la reducción de la mortalidad en los últimos 20 años, estos males se incrementan en temporada de calor y periodos vacacionales como el que se avecina, dijo la doctora Susana Martínez Cruz.
La jefa de Fomento a la Salud del Hospital General de Zona del IMSS explicó que en época de calor y de vientos, sobre todo durante marzo, abril y mayo, es necesario tomar medidas precautorias en el consumo de agua y alimentos, tanto en casa como en la calle.
En los alimentos, las bacterias, virus y parásitos ingresan al organismo tanto de niños como de adultos de la tercera edad, expuso.
Las principales manifestaciones de esas enfermedades son fiebre, dolor estomacal o abdominal, náuseas, vómito, diarrea y estreñimiento, expuso, aunque una de sus complicaciones más graves es la deshidratación, que si no es atendida a tiempo, puede llevar a la muerte.
Tan sólo en 2008, afirmó, el Seguro Social brindó dos millones 188 consultas por enfermedades gastrointestinales y los estados con mayor incidencia son Chihuahua, Coahuila, Jalisco, Michoacán, Guerrero y Oaxaca.
Recomendaciones
Para evitar estas enfermedades, sobre todo en Semana Santa, el IMSS recomienda realizar una preparación higiénica de los alimentos, evitar comer en la calle o en lugares poco salubres.
De igual manera, lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño, desinfectar
frutas y verduras e incluir alimentos ricos en fibra, además de tomar dos litros de agua diariamente.
También, evitar que la comida permanezca a temperatura ambiente, pues las esporas sobreviven, germinan y se multiplican rápidamente y sedebe purificar el agua y hervir la leche.
Como parte de las tradiciones por la cuaresma, el consumo de pescado es una práctica habitual para los mexicanos.
Y aunque tiene un alto valor nutricional, es importante distinguir en los ojos del pescado, que deben estar “saltones”, su buen estado.
Del mismo modo, las bránqueas deben estar coloradas y sin manchas, la piel brillante y firme, las escamas bien adheridas al cuerpo, sin mal olor y que no se desbaraten o desprendan fácilmente al momento de manipularlo.
Los mariscos no se deben consumir crudos y deben pasar por un proceso de cocción o empanizados, ya que al ser un producto fresco contiene una gran cantidad de bacterias que provocan infecciones estomacales, destacó.