Llamarle “Influenza de Norteamérica” y no porcina, así como informar ampliamente que la carne de cerdo no provoca el mal y que se suspenda parcial y temporalmente las importaciones de carne de cerdo, pidió Enrique Domínguez Lucero.
El director general de la Confederación de Porcicultores Mexicanos indicó ayer que la ONU ha solicitado que la denominación de la influenza sea cambiada porque ya ha afectado a los porcicultores su actual nombre.
“El manejo inicial de las autoridades y de los medios detonó que el problema epidemiológico que confrontaba la población mexicana provenía del manejo del cerdo y estaba asociado al consumo de carne de cerdo”, refirió.
Para el sector de la porcicultura nacional, dijo, y muy al margen de la situación de emergencia nacional, se provocó un detrimento del consumo de la carne de cerdo y el martes 28 prácticamente hubo una suspensión total en la compra de carne nacional.
“Desde el pasado jueves en la noche y en acuerdo con los porcicultores organizados de Estados Unidos, de Canadá, solicitamos ante la Oficina Internacional de Epizootias (OIE) de la FAO/ONU una revisión a la denominación de la enfermedad y evitar ser confundida como un problema asociado con el cerdo o el consumo de carne”, citó.
Porcicultores y gobierno de España, Italia, Alemania y Francia en la Unión Europea y más tarde de Chile, Argentina, Brasil, Colombia, Guatemala y República Dominicana lograron el acuerdo de cambiar el nombre de Swine Influenza (swine flu) por el de influenza norteamericana, por su origen y como un problema de salud pública y no de salud animal y en particular del cerdo.
Hasta que se regularice el mercado nacional, deben suspenderse las importaciones de carne de cerdo y que el gobierno difunda ampliamente que este animal en México es de alta calidad y seguro consumo, precisó.