A sus más de 70 años y con una pierna endeble, don José Fabián Vega Encinas sufre las de Caín para ir a comprobar que todavía vive.
Durante 26 años trabajó en el departamento de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Cajeme pero un accidente de tránsito le cortó su vida productiva.
“Me atropellaron y se me quebró una pierna. Estuve mucho tiempo incapacitado hasta que mandaron de aquí a hacerme un estudio para ver si podía seguir trabajando y pues no…”, recuerda.
El, junto con 711 pensionados y jubilados de la comuna cajemense tienen que acudir a Palacio Municipal para el trámite de “supervivencia”, mediante el cual podrán seguir recibiendo sus quincenas.
Pagan poco
Fabián y sus contemporáneos sólo reciben 947 pesos cada quince días y con ello tienen que subsistir.
A él de vez en cuando sus cinco hijos le ayudan para el sostén de su hogar, que forma junto con la señora Cornelia Valenzuela.
Desde que en 1988 lo atropellaron, relata, ya no pudo conseguir trabajo pues ya estaba un poco mayor y menos con la discapacidad de su pierna.
Por ello, enfatiza, la pensión que le otorga el Ayuntamiento de Cajeme es muy poca en relación a los 26 años de trabajo que aportó durante su vida.
Dice que jubilados y pensionados quisieran que los ayudaran más porque a veces batallan con sus gastos y ya no pueden salir a trabajar por no ser ya jóvenes.
En el sol
Durante la mañana de ayer, los pensionados acudieron a Palacio Municipal desde las 8:00 horas a registrarse de nueva cuenta.
En una sola fila, el tiempo avanzaba sin demora y el sol comenzaba a caer sobre la mayoría de las plateadas cabezas.
Algunos se lamentan de la falta de organización de parte de Oficialía Mayor, pues para que pudieran acudir sin muchos problemas durante los tres días bien pudieron hacerlo por orden alfabético.
José Medina, el dirigente de los pensionados y jubilados, buscaba que colocaran un mayor número de personas en el registro de los adultos mayores.
Les pagarán
Y es que, aparte de la “supervivencia”, afirma, tenían que ir por sus cheques a Oficialía Mayor, en la planta alta del edificio y muchos de ellos no pueden a veces ni caminar.
Una vez comprobada su existencia, los pensionados y jubilados tendrán la disponibilidad de su próxima quincena en las instituciones bancarias, les instruyen quienes les inscribían.
“Yo soy un poco afortunado porque debido al problema de mi pierna me hicieron pasar rápido a hacer el trámite”, dice don José Fabián.