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Bastó insinuar, sin mayor conocimiento científico, que la influenza y la porcicultura iban de la mano para que esta industria enfermara de gravedad.
El virus de la desinformación puso en jaque a una actividad que genera a Sonora 250 millones de dólares cada año debido a su exportación de 57 mil toneladas de carne.
Los siete mil empleos de 343 granjas porcícolas de la entidad se tambalean debido a la baja de un 20% en el consumo de carne de puerco aquí o de 90% en el mercado del Distrito Federal, al cual se surte.
Cada año los porcicultores de Sonora, a través de sistemas tecnificados de producción y genética de última generación, generan 2.6 millones de cerdos en condiciones de permanente mejora en materia de sanidad e higiene.
Rastros TIF
Sonora es la única entidad donde se cuenta con siete rastros Tipo Inspección Federal (TIF) en los cuales se sacrifica animales de carne magra e inocua de alta calidad, con casi 14% de grasa entreverada en el músculo.
Eso permite que en un grupo de cortes la grasa sólo llegue a 3% en el total de un animal, pero con un importante contenido de vitaminas y otros nutrientes.
Para Ernesto Becerril Parada, presidente de la Asociación Ganadera Local de Porcicultores del Valle del Yaqui, la carne de cerdo de Sonora se ha convertido en la más consumida en el mundo.
Y es que, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), refiere, la producción y el consumo de carne de puerco tuvo entre 1964 y 2004 un crecimiento de 322.7%.
En 2004, sostiene, se produjeron en el mundo 259.36 millones de toneladas métricas de carne de diferentes especies.
De ese total, la de cerdo aportó 100.89 millones de toneladas, mientras que de pollo fueron 78.56 millones y de la bovina, 59.15 millones, informa.
Ese nivel de producción se atribuye, indica, al desarrollo tecnológico de la porcicultura en la genética, la nutrición y el buen manejo de los animales.
Menos grasa
El hecho de que aparecieran los aceites vegetales como una fuente más saludable de grasa, dice, permitió que el consumo de manteca de cerdo bajara.
Ese entorno se vio favorecido por la tecnificación de la porcicultura y el aumento de rendimiento de carne magra en los animales, afirma, de tal modo que a partir de 1980 el cerdo sonorense tiene 31% menos de grasa.
Pero también ha mostrado reducciones de 14% en calorías y 10% en colesterol, enfatiza, por lo cual la mayor parte de la grasa de los cerdos no es ingerida al degustar su carne.
Es tan sana la carne de este animal, precisa, que incluso representa para la industria farmacéutica una importante fuente de medicamentos.
Al menos 40 productos farmacéuticos como cortisona, epinefrina, insulina, las hormonas adrenocorticotrópica y antidiurética, así como la oxitocina, prolactina, estrógenos, progesterona, relaxina y melatonina, se fabrican a partir del cerdo, cita.
Y, todavía más, señala, desde 1971 las válvulas cardiacas porcina han reemplazado las de miles de seres humanos de todas las edades.
En quemaduras
Y debido a la similitud de su piel con la humana, se le utiliza en el tratamiento de quemaduras masivas en seres humanos, en lesiones que han removido grandes áreas de piel y la curación de úlceras cutáneas persistentes, insiste.
Debido a las buenas prácticas en la alimentación, la sanidad y el manejo de la porcicultura, afirma, es como la carne de cerdo de Sonora ha estado presente desde hace algunos años en el exigente mercado japonés.
Durante la crisis desatada por haber relacionado a la influenza con el cerdo, enfatiza, las autoridades de Japón vieron sin riesgo mantener sus compras a México, aunque el mercado nacional se contrajo.
El gobierno mexicano tiene una deuda con la porcicultura, manifiesta, desde que sin bases científicas culpó al cerdo de la aparición de la influenza y está por provocarle pérdidas por dos mil 400 millones de pesos.
Ahora sólo queda esperar que esa satanización hacia el animal sea contrarestada con una intensa campaña publicitaria, considera, pues se necesita resaltar las virtudes de esta carne orgullo de Sonora.
También se requiere acceso a fondos para pignorar la producción sin que los rastros detengan su producción mientras el mercado se estabiliza, asegura Becerril Parada.
