Aunque muchos se han ido al arrendamiento o asociación con capital privado, los ejidatarios acuícolas del sur de Sonora están a punto de volver a la actividad por su propia cuenta.
Y es que, informa el profesor Miguel Ángel Castro Cosío, en los próximos meses se definirá el mecanismo para el pago de la deuda de los ejidos por unos 680 millones de pesos.
Al solucionar ese atajo en la vida productiva del sector social acuícola, volverán a ser sujetos de crédito como ocurrió desde el arranque de la producción camaronícola, destacó.
En 10 años, los campesinos pudieron sembrar 120 hectáreas pero los problemas climatológicos y financieros les hicieron caer en una deuda de la que ahora esperan pagar al menos el 10% en tres años.
La deuda fue contraída ante el extinto Banrural pero ahora los pagos se harán ante el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), destacó.