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A sus 45 años de vida, el edificio de Correos ya “chochea”.
Su estructura parece firme, pero sus entrañas han acabado por desgastarse con el paso del tiempo.
Apenas el martes pasado una parte del techo cayó al piso y dejó ver que las viejas varillas corrugadas ya son solamente fragmentos que amenazan con colapsarse si no se le atiende.
Ana María Ibarra Montes, secretaria general del Sindicato Nacional de Trabajadores del Servicio Postal Mexicano, afirma que desde el 2006, cuando un huracán dejó maltrecho el techo, han estado solicitando una rehabilitación.
Tuvo que ceder la estructura para que ahora sí les pongan atención, expuso, pues la vida de los 42 trabajadores está en riesgo.
Incluso el director de Protección Civil, Luis Alberto Corral Alday, emitió la recomendación de desalojar el inmueble debido a que el techo está a punto de colapsarse en su pasillo central.
Los pedazos de concreto de aproximadamente 50 centímetros y varillas en total estado de oxidación en aproximadamente dos metros que quedaron visibles en el techo, son la prueba de que el paso del tiempo ya ha hecho estragos.
Para la dirigente sindical, el problema puede derivarse de que en la zona donde hubo el desprendimiento del techo hay un aparato central de refrigeración de entre 20 y 30 toneladas.
La humedad desprendida de ese aparato pudo haber causado la corrosión de las varillas, sostiene.
El colapso del edificio lo ven cerca, dice, porque al ceder el techo a la presión una de las ventanas de vidrio salió disparada pero afortunadamente no lesionó a persona alguna.
Los otros vidrios ya se han roto y amenazan con caer también, enfatiza, por lo cual quieren seguridad en sus instalaciones.
Alicia Castro Rivera, administradora de la oficina de Correos, asegura que desde ayer se suspendió el servicio al público y sólo trabajan en la zona de los carteros y la cochera.
Pero tampoco ahí hay garantías, dicen los trabajadores, pues se observan grietas en las paredes y mucha humedad en el techo, por lo cual se hace necesario mayor seguridad.
Están por llegar técnicos de la dependencia desde México o Hermosillo para dictaminar el estado real del inmueble, afirman, y en base a ello hacer los trabajos necesarios.
Mientras tanto, dicen, el servicio de envío de correspondencia se presta en las sucursales de a colonia Cuauhtémoc, en Morelos y Querétaro, y en la Constitución, en Guillermo Prieto, entre California y Ramón Guzmán.
Mientras tanto, la correspondencia sigue llegando, afirman, pues a pesar de los correos electrónicos, todavía hay muchas personas que envían cartas.
Sin embargo, los mayores usuarios del servicio son el IMSS, Hacienda, las telefónicas, los bancos y otras empresas que envían sus estados de cuenta a través del correo.
Para Castro Rivera, será difícil suplir la labor del correo, a pesar de la tecnología, menos ahora que con el servicio de paquetería la dependencia ha incrementado su labor.
Están seguros en Telégrafos
A pesar de compartir edificio con Correos, los trabajadores de Telégrafos no ven amenazada su seguridad.
Guillermo Gálvez Rodríguez, cajero de Telégrafos, indica que los de Miguel Alemán y Zaragoza parecen un solo edificio, pero en realidad están separados.
“A nosotros nos toca revisión cada tres meses por parte de personal de México, pero también vienen los de Protección Civil y no son las mismas condiciones que en Correos”, afirma.
De cualquier forma, dice, el sábado que llega el administrador, Andrés Ahumada Gamboa, se solicitará una revisión total del inmueble para estar más seguros en su trabajo.
