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Sólo hasta que las investigaciones deriven en información precisa debe llevarse al campo de los productores la siembra de soya, declaró Rogelio Méndez Ibarra.
El jefe del Distrito de Desarrollo Rural 148, Cajeme, manifestó que antes de pensar en sembrar la soya en terrenos ajenos a la investigación debe valorarse si vale la pena sacrificar la
sanidad del Valle del Yaqui.
Este ciclo se pensaba investigar seis variedades resistentes a la mosca blanca, pero no hubo acuerdo entre productores y técnicos y el proyecto se paralizó, dijo.
Pero sí se investiga en los campos del Campo Experimental Valle del Yaqui, citó, y una vez obtenida la tecnología de producción se podrá afirmar si se lleva fuera de esas instalaciones.
También se debe tomar en cuenta la cantidad de agua existente pues este cultivo, desaparecido en 1994 de la región a causa de la mosca blanca, requiere de mucho líquido.
Las variedades Náinari, Suaqui y Cajeme se experimentan para saber cómo responden ante la mosca, dijo.
Ya está por liberarse una variedad pero deberá tenerse en cuenta si al sembrarla comercialmente se pone en riesgo la producción algodonera o de hortalizas de la región.
