París.- Un hombre que celebraba su cumpleaños, un grupo de trabajadores que regresaba de unas vacaciones que habían ganado como premio, una mujer que se acababa de recuperar de una cirugía cerebral.
Al igual que en cualquier desastre de aviación, existen historias de crueles coincidencias y vidas jóvenes interrumpidas por el choque del vuelo Air France AF 446, que fue confirmado el martes por el Ejército de Brasil.
"Mi hijo murió en su cumpleaños", dijo entre lágrimas Diana Raquel, madre del dentista brasileño Jose Rommel Amorim, quien cumplió 35 años el domingo y visitaba a su familia en Río de Janeiro antes de volver a su residencia en Londres.
Ella era uno de los desconsolados familiares que fueron acomodados por Air France en un hotel de Río, muchos de los cuales se mostraron molestos por la falta de información de las autoridades desde que el avión desapareció en medio de una tormenta en la madrugada del lunes.
Sumándose a la angustia, probablemente deberán enfrentar una larga espera para que les respondan cómo el moderno Airbus A330 fue aparentemente derribado por una tormenta que expertos en aviación dijeron era un peligro cotidiano para los pilotos.
Encontrar la "caja negra" que contiene los datos de vuelo y las grabadoras de voz donde están las claves de por qué se estrelló el avión será difícil, porque posiblemente se han hundido en una zona en la que el océano tiene una profundidad de mil 200 metros, al noreste de la costa brasileña.
Aldair Gomes, padre de Marcelo Parente, quien era el director del gabinete del alcalde de Río, dijo que había guardado esperanzas sobre el destino de su hasta el aviso del martes.
"La última pizca de esperanza que tenía ya no existe", dijo. "Antes, muchos de nosotros esperábamos que el avión hubiese aterrizado en una isla o algo similar, pero ya no", agregó.
"Sólo quiere encontrar el cuerpo de mi hijo para que pueda tener un funeral digno", concluyó.
Entre los 216 pasajeros de 32 nacionalidades había ejecutivos de grandes compañías que han aumentado sus inversiones en Brasil en los últimos años y turistas europeos que volvían desde sus famosas playas.
También viajaban siete niños y un bebé.
Una española de 28 años, Ana Negra, quien acababa de pasar su luna de miel en Brasil, dijo adiós a su esposo en el aeropuerto de Río luego de que decidió tomar un vuelo diferente para visitar a su familia en España, informó el periódico brasileño O Globo. Ella había cambiado su vuelo pocos días antes.
Una firma que distribuye partes eléctricas en Francia fue particularmente afectada. Perdió a 10 empleados que tomaron unas cortas vacaciones en Brasil como premio por su buen rendimiento en el trabajo. Nueve de sus esposas también iban en el vuelo.
"Me enteré de esto el lunes en la mañana. El decir que quedé horrorizado ni siquiera describe lo que sentí", dijo Laurent Bouveresse, director de la compañía CGED, a la televisión francesa.
Otras compañías también perdieron empleados, entre ellas la fabricante de neumáticos Michelin. Entre las víctimas estaba su director para América Latina, Luiz Roberto Anastocio.
Tres doctoras irlandesas, que recientemente se habían graduado del Trinity College Dublin, viajaban en el avión. Una de ellas, Eithne Walls, de 28 años, era originalmente una bailarina y pasó un año actuando en Broadway antes de dedicarse a la medicina.