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La guardería ABC de Hermosillo, Sonora, incumplió disposiciones básicas para evitar incendios, advirtió ayer la Asociación Nacional de Protección Contra el Fuego (NFPA, por sus siglas en inglés).
El organismo, líder a nivel mundial en prevención de incendios, y fuente autorizada en seguridad pública, presentó ayer –con base en reportes de autoridades federales y del Estado de Sonora un primer análisis del incendio del 5 de junio.
En el reporte destacó que la guardería se ubicaba en el mismo local donde había un almacén de papelería y una bodega de placas metálicas, espacios que, si bien eran independientes, no estaban completamente separados por los muros, pues éstos no llegaban al techo.
“El humo caliente, producto de la combustión, se acumuló por todo el espacio, principalmente en la parte superior de la bodega, la cual tenía continuidad con el espacio intermedio formado por el plafón y el techo de la zona de la guardería.
El techo del edificio estaba cubierto en su interior por espuma de poliuretano, material que se coloca como aislante de temperatura, pero que es inflamable y cuando se quema, emite gas tóxico”, explicó en conferencia de prensa el experto contra incendios del la NFPA para México, Alejandro Flores.
La toxicidad y temperatura del humo, afirmó, fueron los factores que más daño hicieron a la salud de los bebés.
Según las normas de la NFPA, la separación requerida entre las áreas del edificio debió haber tenido una clasificación de resistencia al fuego de cuando menos 3 horas.
Las guarderías, destacó, requieren contar con rociadores automáticos, si es que existen aberturas verticales sin proteger.
“Contar con ellos hubiera podido controlar o incluso apagar el incendio evitando la pérdida de vidas”, refirió Flores.
Para la NFPA, la guardería debió haber contado con un sistema de alarma activado por extensiones manuales y detectores de humo, conectado a una central de monitoreo de alarma.
“Es absolutamente inconcebible que haya estado durante cuántos minutos el fuego arriba del plafón, y no haya alertado a las personas que estaban allá adentro. No había un sistema automático de extinción, con lo cual dependíamos absolutamente de bomberos y de capacidad de evacuación”, señaló Antonio Macías, director de NFPA para México, Centroamérica y el Caribe.
