Aunque prometieron viviendas, becas, pisos y hacer socios a los campesinos en la renta de las tierras rescatadas, Alfredo Carrazco Agramón y Salvador Sánchez Peñuelas sólo se convirtieron en “nuevos ricos” este sexenio.
A través de una carta firmada por un grupo denominado Campesinos Inconformes del sur de Sonora, se denunció que la Empresa Social Tetabiate liderada por los acusados sólo sirvió para pagar la renta de las tierras a campesinos.
“Pero se quedaron con los subsidios de los programas federales y los otros servicios ofrecidos no pudieron conseguirlos porque provenían del gobierno de la República, señalaron.
“Con el dinero de la primera cosecha, producto de nuestras tierras, instalaron dos hectáreas de casa sombra, las cuales ya rebasan las ocho, y las utilidades de nosotros crecieron sólo para ellos.
“Nosotros nos quedamos peor que antes, su empresa ha ido creciendo y nosotros no tenemos con qué sembrar, sólo nos quedamos con la promesa de que nuestras tierras serían parte de un novedoso programa de siembra”, se dijo.
Esos activos de los que ahora goza la empresa social son de los campesinos, porque ellos pusieron como capital sus tierras y se cultivó con los recursos que correspondían por parte del gobierno federal”, expusieron.
En la improductividad desde hace cuatro años y sin informes sobre la empresa, citaron, se acusará a los dirigentes cenecistas de abuso de confianza, enriquecimiento ilícito, de fraude y de desvío de recursos públicos.
Desmiente
Carrasco Agramón indicó por su lado que gente mal intencionada busca dañarlos porque este programa ya ha beneficiado a más de dos mil campesinos de Sonora.
Lo que se buscaba era que los ejidatarios sembraran sus propias tierras, algunas en mal estado y que se rehabilitaron para poderlas trabajar, sostuvo.
A algunos ejidatarios sí se les apoyó con pisos o viviendas gestionadas por la empresa, refirió, pero ese compromiso no era parte del acuerdo firmado con ellos sino exclusivamente el pago adelantado de las utilidades.
Mediante créditos con FIRA y la banca comercial se ha logrado beneficiar ejidos como El Yaqui o Agiabampo y otros municipios de Sonora donde se ha logrado sembrar tierra que estaba improductiva o en manos de rentistas.
“Incluso he recibido amenazas de que no sigamos en estas acciones. Hemos pisado callos de particulares que rentaban tierras a los campesinos y los hacían como ellos querían”, estableció.