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Menuda tarea dejará a su sucesor y a la feligresía católica el obispo Juan Manuel Mancilla Sánchez: evitar el aumento del número de pobres en la región.
El ahora titular de la diócesis de Texcoco expuso su preocupación por el incremento acelerado de personas en pobreza extrema.
Durante sus recorridos como pastor de la grey católica regional, pudo constatar que las acciones oficiales contra la pobreza y el hambre han sido insuficientes, expuso.
No se ha logrado consolidar un plan que impida el aumento de la desnutrición, sostuvo, por lo cual es urgente un proyecto para evitar mayor pobreza.
Mediante comités o patronatos dedicados exclusivamente a atacar el hambre y la desnutrición, así como darle herramientas para alcanzar un mejor nivel de vida, a través de la educación, se puede lograr mucho, consideró.
Aunque ya el tiempo para organizar estas acciones no le alcanzó como obispo de Obregón, precisó, la población debe hacer conciencia sobre esta situación y adoptar a una familia a la cual brindarles apoyos materiales, pero sobre todo amor.
“Al adoptar a una familia de escasos recursos y en pobreza extrema, estaremos contribuyendo a que las cifras de mortandad por este problema disminuyan de forma considerable y en especial mostraremos a esas personas la grandeza de Dios”, aseguró.
