Después de la tragedia ocurrida en Cócorit, donde un viejo árbol tuvo un desprendimiento que cayó sobre un autobús y mató a tres personas, ahora los árboles viejos han provocado una sicosis general.
Gente que habla a los noticieros de radio, cartas a los periódicos, quejas de vecinos y celeridad de las autoridades para tumbar cualquier árbol que parezca sospechoso.
Así es el ambiente que se vive hoy sin importar los beneficios que nos dan esos grandes y añosos árboles que pueblan las áreas verdes de la ciudad.
Ojalá y esto no lleve a la destrucción masiva de la naturaleza en nuestra ciudad, riesgo que siempre estará latente mientras siga el pánico general y las autoridades actúen de manera irreflexiva, talando árboles nada más para ganar la simpatía de la gente.