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Dos días antes de que Eduardo Bours Castelo entregara el poder, Margarito Montes Parra “se atrevió” a llegar a Sonora.
Desde 2007, cuando su hijo Jorge Adrián Montes Vega, de 26 años, fue acribillado en un palenque de Cócorit, el 24 de marzo, no podía tocar suelo sonorense.
“A pesar de que muchos gobernadores hablaron con Bours para que se calmara, él decía que si yo venía a Sonora me iba a matar”, asegura.
Y es que durante el sepelio de su hijo, así como del de Librado Estrada Duarte, de 33 años, y Armando Enrique Soto, de 31, también asesinados esa madrugada, el líder nacional de la Ugocp culpó al gobierno del Estado de responsable.
Mientras la violencia invadía a Sonora en esos meses, declaró, el gobierno de Bours Castelo no resolvía ninguno y hasta sospechas de encubrimiento deslizó Montes Parra.
Aunque es de esperarse que clame por justicia, sostuvo, está claro que el ex gobernador ya comenzó a pagar sus culpas con las “despedidas” que le dieron los padres de los niños fallecidos en la guardería ABC.
O bien próximamente con el dictamen de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre la ilegalidad del Sonora Proyecta, para el cual usó recursos privados en forma indebida y lo cual le podría causar problemas con la justicia, aseguró.
“Pero sus problemas más serios se van a dejar venir cuando le reclamen los socios que le prestaron el dinero para lavarlo”, consideró.
“No todo el dinero de las obras de relumbrón salió de las arcas públicas”, afirmó, “y cuando vean los que se lo dieron a lavar que no cumplió, entonces le vendrán más problemas al ex gobernador”.
