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Encabezado por Juan Murguía Franco, el grupo llegó hasta la vivienda 162 del callejón Filipinas.
En ese momento se realizaba una diligencia judicial: el desalojo de la vivienda ocupada por María Jesús Cota.
Ya llevaban buena parte de los muebles en la banqueta, una camioneta y el porche de una vivienda cuando el Barzón Auténtico hizo valer su fuerza.
Tanto así que el actuario de pronto abandonó la escena, dejó solos a los agentes de la Policía Municipal que lo acompañaban e incluso a quien supuestamente iba a entregarla la casa, Federico Pedraza Jiménez.
El desconcierto fue tal que los agentes tuvieron que solicitar refuerzos que llegarían momentos después y tras comprobar que no había un documento firmado para realizar el desalojo, abandonaron el lugar.
La vivienda volvió a ser ocupada por su dueña, quien recién la había adquirido de manos de Ofelia Velázquez Santibáñez.
Ella recibió esa casa como producto de un embargo laboral realizado en 1998, tras un juicio contra el Centro de Trabajo Social “Benito Juárez”, donde laboró al lado de Pedraza Jiménez.
“Él me quedó a deber y tuve que embargarle esta propiedad, pero mañosamente dejó correr 10 años para que su deuda rescindiera y ahora intenta quedarse con la casa”, afirma.
Pero habrá de defenderse en todo momento porque ya la Junta de Conciliación y Arbitraje falló a su favor, dijo, y le entregó la vivienda.
Pero Pedraza Jiménez afirma que él ganó el juicio y por lo tanto debe ocupar el inmueble.
