Ni la reducción del gasto público ni el aumento a los impuestos son una solución a los efectos de cinco lustros de políticas neoliberales que ya hacen estragos en la economía rural, comunitaria y familiar.
Los participantes del Tercer Congreso Internacional Perspectivas del Desarrollo Rural Regional indicaron que para salir de la crisis es necesario fortalecer el mercado interno y sustituir importaciones, en especial las alimentarias.
Se requiere ante todo aumentar el gasto público de manera responsable, transparente y eficaz, en particular el orientado al sector agropecuario, educativo y social, expresaron.
Se necesita atender a los grupos más vulnerables, expusieron, así como fomentar el empleo productivo en el medio rural.
Sólo de esa manera, citaron, se podrá atenuar los efectos negativos de la crisis sobre los sectores más desprotegidos de la sociedad rural y reorientar radicalmente la política pública a fortalecer la soberanía.
Con estas medidas se coadyuvará realmente al crecimiento de la economía con una mejor distribución del ingreso, aseguraron.
La posibilidad de construir un proyecto de nación con soberanía, equidad, democracia y sustentabilidad, dijeron, pasa obligadamente por el fortalecimiento y la revaloración de la agricultura.
Si bien recuperar la importancia social y económica del campo implica un esfuerzo de todos, aseguraron, en esta tarea es importante movilizar el acervo de recursos territoriales existente en las comunidades y regiones.
Para ello se requieren proyectos construidos desde la base y que estén respaldados con los recursos económicos que ejerce el Estado y que pertenecen al pueblo mexicano, manifestaron.
En este panorama, se necesita una redefinición profunda de las políticas de desarrollo rural que rescate la experiencia internacional, considere la diversidad regional del campo mexicano y responda a las necesidades específicas de la población rural, para que sea ésta quien defina el sentido de su desarrollo, plantearon.
Las instituciones públicas, en particular las universidades, requieren de recursos suficientes para transformarse, ampliar y fortalecer procesos sólidos y rigurosos de vinculación, innovación y creación del conocimiento.
Es de esa forma como podrán responder adecuadamente a los problemas que agobian a los hombres y mujeres del campo, así como a los desafíos que se desprenden de una crisis estructural de proporciones globales.
La equidad es una de las principales aspiraciones del desarrollo rural y una de las principales asignaturas pendientes en el campo mexicano, expusieron, pues hoy se vive la exclusión de amplios sectores de la población, entre los que destacan los pueblos originarios, las mujeres y los jóvenes.