Además de una campaña de información para despejar dudas a la población, el gobierno mexicano debe aportar más recursos a la investigación de transgénicos para no ser importador de la tecnología.
Fabrice Salamanca, director general de la asociación civil Agrobio de México, manifestó que se necesita un proyecto de inversión para fomentar el estudio de las semillas genéticamente modificadas.
Desde las universidades y los centros públicos de investigación deben realizarse los estudios o de otro modo se seguirá importando la tecnología, declaró.
Durante el foro sobre “Aplicaciones y beneficios de la biotecnología agrícola para el Estado de Sonora”, el experto declaró que el permiso para investigar en maíz de seguro abrirá la oportunidad para cultivos como papa, arroz, frijol, berenjena, papaya, manzana y plátano.
Sólo en México se siembra un 60% de algodón en las 100 mil hectáreas establecidas anualmente, sostuvo.
A su vez el rector del Itson, Gonzalo Rodríguez Villanueva, dijo que la biotecnología agrícola ya es una realidad más allá de las fronteras mexicanas.
Expuso que no hay tiempo que perder en investigarla porque el campo tiene problemas de rentabilidad y los productores compiten en desventaja ante el mundo debido las actuales formas de producción.
Hay cada vez una mayor necesidad de alimentos y menos tierra para producirlos, sostuvo, por lo cual la biotecnología agrícola se convierte en el nuevo paradigma del mundo.
Y sobre ella ya no se puede elucubrar en base a ideas sobre lo que sucede o pueda suceder, sostuvo, sino que debe experimentarse, probarla y, sobre las bases de esas pruebas, avanzar.