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Blindado por una enorme inversión publicitaria que lo proclama como el mejor y más simpático de los presidentes municipales, el alcalde Francisco Villanueva no puede ocultar las graves deficiencias de su administración, promesas incumplidas, acaparamiento de poder y actos de corrupción.
A fines del mes de enero estalla el escándalo político más vergonzoso cuando se detecta la pérdida de 13 millones de pesos del erario municipal empleados para especular en la Bolsa de Valores.
Aunque inicialmente el hecho es negado o trata de minimizarse, la presión pública y los enredos políticos del alcalde lo pierden.
La inversión en casa de bolsa que originó la pérdida de 13 millones de pesos del Ayuntamiento, sí fue aprobada por las autoridades municipales, afirmó el síndico regidor Jaime Ivich Campoy.
En reunión ordinaria de Cabildo, Ivich sostuvo además que las autoridades mintieron en sus declaraciones públicas al hablar sobre una inversión especulativa a través de Scotiabank.
No es cierto, dijo, cierto que se hayan hecho estos movimientos bursátiles de acuerdo con la ley.
Ivich prersentó una copia del contrato legal establecido con Scotiabank, documento en el que las autoridades municipales firmaron su aprobación para el manejo especulativo de los 13 millones de pesos perdidos.
Citó el contrato donde se autoriza a Casa de Bolsa Scotiabank Inverlat el ejercicio que considere conveniente, actuando de la forma como considere conveniente.
Poco después se anuncia de manera poco clara que le fueron devueltos al Ayuntamiento los 13 millones de pesos, pero no se explica el procedimiento y sólo queda una certeza: Nunca se regresa un dinero perdido en especulación de Bolsa. Certeza seguida de una pregunta: ¿Entonces quién dio el dinero al banco para que “lo regresara” al Ayuntamiento y por qué?
Como en Hamlet (“algo huele a podrido en Dinamarca”), a propósito de esta caso vergonzoso podría decirse “algo huele a podrido en Cajeme”.
