Feliz de la vida, orgulloso de haber pasado a segundo grado está José Guadalupe González, alias El Pelavacas.
-Después de varios años en primer grado, ahora pasé a segundo, hay que celebrarlo -dijo don Pelavacas y acto seguido tomó un cuchillo de cocina con la noble intención de desplumar a una gallina.
Su sana intención sin embargo fue frustrada por los “Ángeles de Víctor” quienes lo interceptaron en la colonia Russo Vogel al ver que el tipo llevaba el cuchillo; además cometió triple infracción de tránsito:
Iba manejando en sentido contrario, arriba de la banqueta y… sin carro.
Cuando fue turnado ante el médico que atiende en 300 y Jalisco, éste apartó de inmediato el aliento del Pelavacas y sin dudarlo confirmó la sospecha:
Usted está en segundo grado de ebriedad -díjole.
El certificado del galeno llenó de orgullo al Pelavacas quien tuvo un sueño reparador en una cómoda celda preventiva.