Poco accesible, de escaso orgullo para los sonorenses y en los últimos lugares de confiabilidad en el país, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos necesita oxigenarse.
Considerado el candidato más joven a dirigir la CEDH, Raúl Ramírez Ramírez, abogado de profesión, asegura sin tapujos que esta institución necesita “una sana separación” del gobierno.
Los cambios en la CEDH permitirán convertirla en un ejemplo y referente nacional, sostuvo.
En su propuesta para dirigir a la comisión se encuentra, dijo, la necesidad de instalar oficinas en los principales municipios de Sonora, por lo que en los primeros seis meses de su gestión lo haría en Obregón, Nogales y Guaymas.
De igual manera, hacer más fácil el formato para interponer una queja, pues al momento es inaccesible o muy burocrático y se requieren guardias permanentes en las oficinas para atender a los ciudadanos, planteó.
Ante abogados, dirigentes sociales, empresariales y políticos, el aspirante a dirigir la CEDH sostuvo que prevé instalar un programa de asistencia jurídica o defensoría de oficio incluso en las cárceles.
Impulsará también austeridad en los gastos, pues al momento se registran en ese organismo gastos superfluos por 378 mil pesos cada mes, como por ejemplo en viáticos sin comprobantes o equipos poco útiles, refirió.
La CEDH debe ser un organismo siempre presente en la vida de los ciudadanos, afirmó, pero ante el desencanto social sobre su actuación, poco se le utiliza al saberse que le falta ser más imparcial, respetuosa y equilibrada en su actuación.
Sin interferir en las acciones de la Comisión de Arbitraje Médico, se colocarán oficinas en hospitales pues el derecho a la salud es uno de los mayores reclamos, expuso.
Y se proyecta la formación de las Brigadas de la Frontera para atender los derechos de los migrantes, así como un observatorio contra la discriminación, sobre todo hacia niños, mujeres, tercera edad y otros grupos vulnerables, expresó.