Desde que en septiembre de 2007 el huracán “Henrriete” impactó al estado de Sonora, el acceso a la isla Huivulai para los habitantes del sur de Sonora, se había cancelado.
Ubicada en la bahía del Tóbari, la isla de 13 kilómetros de largo era hasta esa fecha punto de reunión de cientos de familias cada domingo, pero en especial los días de Semana Santa, cuando miles la visitaban.
Con atractivos naturales paradisíacos, en esta ínsula se puede observar desde manglares, pastos marinos, planicies fangosas y arenosas que sirven de refugio y crianza a una gran cantidad de fauna silvestre, pero sobre todo aves acuáticas migratorias y residentes.
Todas esas maravillas de la naturaleza han dejado de ser visitadas por los habitantes de la región, debido a que el huracán destrozó las bases de un nuevo puente construir en el camino que unía a la isla con el macizo continental.
José Benito Escalante Anguamea, representante de la Sociedad Cooperativa de Servicios Turísticos de la Bahía del Tóbari, indicó que ante la falta de respuestas para reparar la parte dañada del puente, tuvieron que pensar en otras opciones.
Será diferente
La Semana Mayor de este año, sostuvo, será diferente, ya que si bien no podrán cruzar los carros hacia la isla, si habrá manera de hacer paseos hacia ella a través de la bahía.
Se han habilitado cuatro lanchas para hacer igual número de recorridos hacia la isla, de tal manera que los visitantes conozcan el pozo de agua dulce en su interior o bien el criadero de aves, hacia la zona conocida como Las Palmitas y un paseo completo por el lugar.
Con cinco personas adiestradas como guías turísticas, los paseos permitirán conocer más sobre el mangle rojo, negro y blanco que forma parte de la flora de la isla cuyo nombre en lengua cahíta, la usada por la Tribu Mayo, significa pescuezo largo de tortuga.
En esos bosques de manglares anidan durante el verano aves como la fragata, la espátula rosada, garza blanca, ibis blanco o el charrancito mínimo, especie en peligro de extinción, afirmó.
Un paraíso
Y en octubre, dijo, ya se pueden ver aves migratorias como el ganso canadiense, ganso de la nieve, pato cucharón, pato golondrino, pato monja, pato chalcuan, cormoranes, chorlitos y tildíos.
Las blancas dunas de la isla, considerada como área protegida, son parte de las bellezas naturales de Huivulai que dieron vida al proyecto ecoturístico desarrollado por los habitantes de las comunidades Paredón Colorado, Paredocinto y Aceitunitas.
Acompañado del alcalde de Benito Juárez, Manuel Bustamante Sandoval, los habitantes de esas poblaciones enfatizaron tener fe en que la gente reciba bien el proyecto y los visite a partir de ya para disfrutar de estos paseos por la bahía del Tóbari.