Los días 4 y 5 de enero de este 2010, David Smith -con permiso oficial de la PGR- realizó un exhaustivo estudio en el edificio industrial localizado en la esquina Noreste de la avenida Ferrocarrileros y la calle Mecánicos en la colonia Y Griega de Hermosillo, Sonora.
En ese lugar, el 5 de junio de 2009 aproximadamente a las 15:00 horas se produjo un incendio que comenzó en el lado Este ocupado por una bodega del Gobierno de Sonora y se extendió al lado Oeste -separado por una barda- donde operaba la guardería de niños denominada ABC.
El incendio no produjo daños a los trabajadores de la bodega que recién habían salido a comer. Pero en la guardería provocó la muerte de 49 niños y daños severos a otros 70 menores.
A petición de Gabriel Alvarado, representante del grupo de padres Manos Unidas, Smith elaboró un diagnóstico técnico científico para determinar origen, causa y responsabilidades del incendio utilizando la metodología y principios reconocidos por la Asociación Internacional de Protección del Fuego (NFPA) Documento 921 y del Protocolo para Investigar la Escena del Fuego del cual es coautor el propio Smith y que es aceptado universalmente como un estándar para los investigadores profesionales de incendios.
El documento, de una treintena de páginas, contiene gráficas y fotografías, donde, para empezar, establece cuatro tipos de incendios: Accidental, natural, provocado (o incendiario) e indeterminado; señalando además que rara vez se puede determinar la causa de un incendio a menos que el origen sea localizado plenamente, con excepción de los que implican gas o vapor por sus límites variables de inflamabilidad que implican.
Luego el informe Smith hace un análisis exhaustivo y en cierto modo fascinante sobre todos y cada uno de los detalles que conforman el escenario del fuego: Las estructuras metálicas; las paredes de blocks de concreto y sus alturas; los conductos de metal; la distribución de la energía eléctrica, como era “ruteada” y sus paneles de control.
El factor del techo metálico común suspendido de rejilla metálica “T” con injertos de panel acústico por toda la guardería cubriendo la parte interna del techo de metal, el cual había sido forrado con aislamiento de espuma de poliuretano.
Señala también las corrientes de aire y los portones que las provocaban; los componentes de la bodega en que inició el fuego, toneladas de papel amontonadas en el piso o colocadas en numerosas filas de repisas de metal, un gran número de placas de automóviles y cuatro llantas sin rines.
Luego se establecen una serie de patrones del movimiento interior del fuego (es decir de la bodega a la guardería) así como el comportamiento del humo y el hollín negro y denso también hacia la guardería.
También se destaca el goteo inmediato del poliuretano en forma de fuego desde el techo que incendió ipso facto todo lo que encontró abajo.
Sin fuente de electricidad
Hacia el final, se especifica que, mediante una técnica de “capas” y análisis de desprendimientos, el incendio “no mostró ninguna fuente de electricidad” (se ha hablado del sobrecalentamiento de un enfriador o cooler, de uso muy común en Sonora) como causa del inicio del fuego. Ni ésta, ni otras con las que se ha especulado.
En cambio lo que sí encontró el informe Smith es la evidencia de cajas de cartón consumidas en lo que se llama patentes irregulares. Esto debido a que no es tan sencillo quemar cajas con papel compactado por la falta de oxígeno en ellas. En cambio se encontraron evidencias de líquidos de ignición (probablemente gasolina) comúnmente referidos como aceleradores.
Y algo muy importante, no se encontró señal alguna de la proveniencia accidental de líquidos de ignición en toda el área. Tampoco de fuente de ignición accidental.
En resumen, el informe de Smith (quien es presidente de la firma) Associated Fire Consultants establece que: El incendio en la guardería ABC se produjo por la incineración de cajas de archivo al otro lado de la barda, en la bodega de la Secretaría de Hacienda del Gobierno del Estado de Sonora.
La fuente de ignición es una llama abierta (cerillos o encendedor).
La responsabilidad de este incendio es de la persona o personas que estuvieron en la bodega en esos momentos en el área de origen del fuego.
Por todo ello y por la hora en que se produjo se refuerza la tesis de que el incendio en la guardería comenzó unos minutos antes o unos minutos después de que los empleados de la bodega salieron.
Las únicas dudas son si el o los incendiarios sabían lo que ocurriría o simplemente perdieron el control y huyeron. Cuando todo empezó. Cuando todo acabó.
¿Quiénes son los especialistas?
Associated Fire Consultants es una firma especializada en investigaciones de incendios con base en Tucson, Arizona, con una cartera de clientes que incluye a varias de las 500 empresas más importantes de Estados Unidos.
La consultora, que tiene 29 años de experiencia, también trabaja para las más grandes companías aseguradoras de México y Canadá.
Sus peritajes son utilizados como soportes en litigios. Sus expertos han trabajado en investigaciones sobre siniestros en diversos sectores, como el de la agricultura, automotriz, químico,farmacéutico, aeroespacial y electrónico, entre otros.
Según su página electrónica, la compañía ha realizado las investigaciones en los incendios y explosiones que han causado mayores pérdidas económicas en Norteamérica.
Padres dudan de versión
Padres víctimas del incendio en la ABC y sus abogados calificaron un engaño y una manipulación política la versión de que el accidente en la guardería de Hermosillo fue provocado.
Lorenzo Ramos representante legal de las 49 familias aseguró que ninguna autoridad lo ha notificado a él ni a los papás sobre un peritaje realizado por la empresa Associated Fire Consultants.
El pasado martes se difundió una versión en la que el peritaje de esa compañía descubrió que las llamas empezaron a raíz de un cerillo o incendio.
Los abogados y los padres están obligados, según los procesos penales, a ser informados sobre cualquier descubrimiento nuevo.
Además, ningún particular está autorizado a pedir un nuevo peritaje, debe tramitarlo por escrito a través de un juez o en su caso, la Suprema Corte.