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Irritados, algunos con la desesperación de no tener dinero, hartos de pagar pero también resignados, así se mostraron los padres de familia de la escuela primaria “Carlos M. Calleja” cuando se les pidió su opinión sobre las cuotas escolares.
Son 500 pesos de inscripción, “nomás para empezar porque después vienen otros cobros”, aclara una de las madres que lleva a un niño en los brazos y otro de la mano.
Luego viene la cuota mensual de 20 pesos para la limpieza del salón, añade.
De a 20 pesos por alumno en cada grupo suman cuando menos 600 pesos mensuales, “es mucho para comprar escoba, trapeador y pinol cada mes”, comenta la señora. Y agrega:
“Dicen que se lo dan al conserje, pero él ya tiene sueldo, no veo por qué le tienen que pagar”.
Luego vienen otros pagos obligatorios, sigue la mujer.
“Cada año, en diciembre, nos dan boletos de rifas que terminamos pagando las madres y padres porque todos tus conocidos también tienen boletos que vender. Aquí son cuando menos 200 pesos”.
Además están las “aportaciones voluntarias” que surgen de vez en cuando.
“Este año nos cobraron por un mueble que compraron y por las cortinas de un salón, además de una kermés”.
En la escuela “Calleja” hay alrededor de 450 madres y padres de familia. Lo que pagan, entre inscripción, cuota mensual , rifas y aportaciones diversas, son alrededor de mil pesos cada año.
En total, multiplicando familias por cuotas, es un promedio de 450 mil pesos que ingresan a la sociedad de padres de familia durante el ciclo escolar.
Los cobros son todos los años, por lo que el plantel debería ya tener una fisonomía reluciente, bien equipado y próspero. Sin embargo su fachada y los interiores lucen igual que siempre, desde hace cuarenta o más años. ¿A dónde han ido los varios millones acumulados en años?
¿Pública y gratuita?
Otra madre de familia se queja no sólo por estas cuotas sino por todas las que se pagan en la educación “pública y gratuita”.
“No tengo para pagar los 500, tengo que hacer un convenio, y en el kínder de mi hijo más pequeño me cobran 600 por recibirlo. No se vale”.
Quejas como éstas se las lleva el viento cuando intervienen los directores y otras autoridades. En el caso de la “Calleja”, el director Oscar Coronado señaló hace poco que los padres y madres deben pagar porque es un acuerdo de la sociedad de padres de familia.
Los delegados de Educación Pública repiten lo mismo cada año: Las cuotas están prohibidas y nadie puede negar la inscripción a quien no pague la cuota. Pero las madres y los padres siempre pagan y hasta hoy las autoridades no han hecho nada para impedirlo, salvo declaraciones demagógicas.
En plática con un maestro jubilado, nos dice que esta situación no sólo es permitida por las autoridades, incluso es alentada.
“El director de un plantel gana puntos en la medida en que logra sacarle dinero a los padres de familia”.
