Con la entrega de las constancias de gobernador electo en los casos de las doce gubernaturas que estaban en juego y con las que el PRI se quedó con nueve y tres el PAN, se concluye la jornada intermedia de lo que vendrá a partir del dos mil doce cuando los mexicanos tendrán que elegir al sucesor de Calderón.
Y la verdad es que no hace falta echar mano de Paul, el Pulpo y sus ocho tentadestos ni acudir ante la socorrida presencia de los brujos de Catemaco para concluir sin muchos aires de politólogos o poses de analista político que el agarre central se estará dando entre las dos únicas fuerzas políticas que reparten el queso en México: El PRI, que como indiscutible fuerza política estará subiendo al entarimado como el favorito para vencer a esa otra fuerza que es Acción Nacional, sin más cambios y novedades que los que pudieran presentarse a la hora de la jornada electoral. Por lo demás, como diría el comediante Polo Polo, se estarán viendo las caras los mismos batos con las mismas viejas y párele de contar; o más eufemísticamente al estilo del desaparecido jefe Diego, el viejerío de siempre con los gañanes idem.
La razón es muy simple. Ambos partidos comparten el mismo proyecto económico, ese mismo que nos permite seguir siendo el México del que nos hablan en los promocionales a la hora de invitarnos a celebrar el bicentenario y la revolución, idearios que siguen en las mismas pues cada vez dependemos más del extranjero y la revolución, la revolución,? la revolución?, pues ya ni quien se acuerde de ella, menos, por supuesto, la de la Revolución Democrática, misma que se halla extraviada entre las divergencias de sus apóstoles, los chuchos, versus los pejes. Y es que, usados, como han sido las diezmadas plataformas políticas del PRD en estados como en Oaxaca, Sinaloa y Puebla, ya no habrá quien se acuerde de ellos, menos de las alocadas alianzas a la hora de ir por la grande como ya lo dejó sentado el mismo César Nava al momento de levantarles la mano a sus candidatos trinfadores. En todo caso, lo único diferente aquí será la forma de elegir a su candidato y es un hecho que quien tendrá que preocuparse más al designar al suyo es Calderón, sobre todo al intentar encontrar el perfil que requiere para lograr que su partido siga en los Pinos.
El PRI no tiene mucho problema en ese sentido. Es cuestión que no repita el episodio del 94, que conserve a sus candidatos y con cualquiera de los tres o cuatro que se mencionan actualmente podría darle la batalla a su único opositor, el PAN. A saber; Manlio Fabio Beltrones, Enrique Peña Nieto, Beatriz Paredes Rangel o Fidel Herrera Beltrán, en ese orden.
FIERRITOS EN LA LUMBRE
Sería muy bueno que ahora que la Secretaría de Salud se ha propuesto a entrarle de lleno al caso de los basureros o muladares en que se han convertido la mayoría de los patios traseros de las casas en la colonia Primero de Mayo, se coordinaran con el Ayuntamiento y más concretamente con Ecología de Martín Ibarra, e efecto de entrarle de lleno a este grave problema que se ha convertido ya en enorme foco de contaminación y caldo de cultivo para el dengue; a tal grado está la contaminación por esos rumbos que el día que se decidan a darse una vueltecita por cualquiera de estos patios, se van a llevar la sorpresa de sus días cuando asombrados, descubran que en algunos de estos patios se “ cultivan” los nidos de ratas y hasta de serpientes. Y lo peor. Sin jaulas o contenedores; es decir, se confunden o merodean al lado de niños, a ciencia y paciencia de los cochinones adultos que consienten este tipo de escenarios para sus hijos. Deveras, urge legislar en este sentido y en su caso, aplicar el peso de la ley a los muchos ECOLOCOS que habitan en ese popular asentamiento humano.
A QUIEN también le tendrán que ir de la mano es al supuesto ajustador de la Nacional Provincial, S. A. B. Juan Carlos Elton Alvarado, pues con todo y que tiene el dictamen en contra, es decir, para que asuma la responsabilidad de la compañía que representa, se niega a pagar los gastos en un siniestro en el que se vio involucrada la quejosa, María Guadalupe Villa Manjarrez. Luego después se lamentan porque el ciudadano en general cada vez cree menos en las compañías de seguros y sus supuestos beneficios.
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