Con el actual modelo agrícola, el Valle del Yaqui contribuye al cambio climático con 8.5 a 16.05 mil millones de toneladas de bióxido de carbono (CO2).
Eso equivale, afirma Ramón Morales Valenzuela, al 17% y 32% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) producidas por el ser humano.
El presidente de la empresa Agricultura Experimental Alternativa va más allá:
“Las mayores emisiones de GEI en nuestra agricultura se deben al uso creciente de fertilizantes sintéticos, a la destrucción de ecosistemas para la obtención de nuevas tierras de cultivo, a la destrucción de los suelos y al modelo de ganadería intensiva”.
Y la causa principal de estas emisiones de gases de efecto invernadero, establece, es el uso super intensivo de fertilizantes químicos sintéticos.
Más del 40% de estos abonos aplicados al suelo, se dispersan en el aire o terminan en los cursos de agua, refiere.
Dentro de los promotores de esos gases, sustenta, uno de los más potentes y peligrosos es el óxido nitroso (N2O), el cual posee una capacidad de producción del calentamiento global de 296 veces mayor que el CO2.
Desde su punto de vista, el empleo masivo de fertilizantes de síntesis artificial como el amoniaco anhidro (NH3), la urea 46%, el agua amoniacal 20.5%, el nitrato de amonio 33%, el nitrato de calcio 15.5%, el sulfato de amonio 21% y el fosfato mono amónico (11-52-00) y las emisiones resultantes de N2O, representan el mayor porcentaje de la contribución agraria al cambio climático, el equivalente a 2.1 mil millones de toneladas de CO2 cada año.
Además, sostiene, la producción de los mismos fertilizantes es muy demandante de energía y suman otros 410 millones de toneladas anuales de CO2.
Ganadería
La ganadería es la segunda fuente de emisiones de GEI, explica, porque al digerir los alimentos, los animales producen grandes cantidades de metano, un potente promotor de los gases.
De acuerdo con investigaciones muy serias, afirma, de mantenerse el actual aumento en la producción de carnes, las emisiones de metano continuarán creciendo y lo harán en las próximas décadas.
La ganadería bovina y ovina tienen un fuerte impacto sobre el cambio climático, exone, pues según la literatura sobre el tema, cada kilogramo de vacuno producido, genera 13 kilos de emisiones de carbono y cada kilogramo de borrego, generan 17 kilos.
Alternativa
“Ante este grave panorama, una real alternativa para revertir esto es reducir el uso de fertilizantes químicos sintéticos y abonar con fertilizantes orgánicos, los cuales en su elaboración se utilizan todo tipo de materia orgánica, tanto de origen vegetal como animal, terrestre y acuático”, dice.
La materia orgánica representa la principal reserva de carbono de la biósfera, cita, es decir la principal fuente de carbono y nitrógeno en los ecosistemas terrestres y de su conservación depende en gran medida la vida en el planeta.
Para conservarla, advierte, es necesario dirigir el proceso de transformación de los restos orgánicos como el estiércol de bovino y de ovino y residuos vegetales, hacia la formación de sustancias húmicas estables.
De esa manera se logrará disminuir las emisiones de gases a la atmósfera, contribuyendo de esta manera a reducir el efecto invernadero e incrementar la productividad de los ecosistemas.
“Es decir, en vez de que los estiércoles y la basura orgánica en general estén en la intemperie contaminando, es mejor someterlas a un proceso de fermentación, aeróbica o anaeróbica para transformarla en materiales altamente estables y con propiedades nutricionales para plantas y animales”, argumenta.
Debe actuarse ya
Más allá de la visión mediática, el planeta se degrada día a día y en un lapso cercano se producirán enormes guerras por el agua como la que ya se vive en Sonora.
Para Ramón Morales la visión de futuro es una enorme demanda de alimento debido a las profundas hambrunas existentes y la presencia de una población con enfermedades muy variadas.
Aunque parezcan pensamientos muy lejanos a los sonorenses, la realidad es que los resultados de problemas como el calentamiento global ya se observan en la entidad.
Es preciso tomar medidas preventivas o de acondicionamiento a ese fenómeno, consideró, pues de otra manera el que los polos se están calentando tres veces más rápido que el resto del planeta, por ejemplo, puede traer consecuencias graves a zonas alejadas como Sonora.
“No hay que verlo como una película sobre el futuro”, expuso, “hay que actuar ya pues toda consecuencia climática está sujeta al calentamiento global debido a que todo medio de vida en la tierra depende de las temperaturas y la luz solar”.