Van de aquí para allá, algunos de ellos piden dinero a la población y otros simplemente están ajenos a este mundo y caminan sin rumbo alguno.
Son poco más de 100 indigentes y siete enfermos mentales que, de acuerdo a cifras de la Secretaría de Seguridad Pública en Cajeme, vagan por las calles sin atención alguna.
Es por ello, afirma Alfredo Chávez Andujo, que se necesita un Centro de Control de Salud Mental que pueda brindar servicios a estas personas, incluso del sur de Sonora.
El promotor del proyecto indicó que solicitaron al alcalde Manuel Barro Borgaro el inmueble donde se ubicaba la Policía Judicial del Estado para iniciar operaciones, en principio.
Sin costo alguno, esas personas recibirían alimentación, atención médica e incluso podrían generar sus propios empleos, aseguró.
Se recurriría a los tres niveles de gobierno y a la sociedad civil para ayudar a la manutención de este lugar, expuso, y los recursos se manejarán de manera transparente.
Se estima que atender a un enfermo mental cuesta diariamente mil 600 pesos, afirmó, pero con algunos programas especiales se trataría de sostener sus gastos y al mismo tiempo tendrían empleos.
Ya se tiene el apoyo de la Secretaría de Salud en Sonora, cuyos médicos especializados en esta área se encargarían de atender a los indigentes y enfermos mentales.
En las calles de la ciudad e incluso en el Hospital General se observa a este tipo de personas siempre deambulando porque no cuentan con dinero para ser atendidos, dijo, y ahora ha llegado la oportunidad de hacer algo por ellas.