Por dentro y por fuera de 292 kilómetros de canales de la red mayor y tres mil 204 kilómetros de la red menor del Valle del Yaqui, la maleza destroza la productividad agrícola.
Las malas hierbas se propagan a tal grado que se llevan anualmente el 20% del presupuesto del Distrito de Riego del Río Yaqui.
Por fuera, los zacates, baiquillo, girasol, higuerilla y quelites son las especies anuales que infestan los canales de riego, pero de manera perenne sobreviven los álamos, huacaporo, mezquite y vinorama.
Las plantas acuáticas como el lirio o pato y el sargazo son las especies que conviven dentro de los canales y reducen la eficiencia en la conducción del líquido hacia las parcelas.
En total, más de 170 especies de plantas o vegetales acuáticas viven a lo largo de la red mayor y menor de los canales.
La presencia de las malas hierbas significa daños a la salud, el bienestar y la economía del hombre, sobre todo porque afecta la cantidad y calidad de la producción agrícola.
Pero también baja el valor de los terrenos, sobre todo cuando se encuentran infestados con especies perennes.
Los costos
El gerente de operación de la Sociedad de Usuarios del Distrito de Riego, Humberto Borbón Valencia, afirmó que la conservación de la infraestructura se lleva el 50% del presupuesto anual.
Hay ciertos periodos del año, dijo, en que las malezas causan serios problemas en la operación y capacidad de conducción del agua, debido a taponamientos, retrasos en el servicio, rupturas y pérdidas adicionales de volúmenes.
Esa situación se ha vivido en mayor medida en el canal Bajo, sobre todo porque es el caudal que tiene agua de manera permanente, incluso en el verano cuando los riegos se terminan, porque es el que alimenta a las plantas potabilizadoras de Obregón.
Pero su otro gran problema es que es una zona de poca pendiente y grandes dimensiones, con lo cual la maleza ha causado falta de capacidad de conducción y retrasos en el servicio por taponamientos a la hora de reanudar las actividades normales, señaló.
Pero se registan costos adicionales debido al agresivo ataque y comportamiento de las malezas en los períodos de demanda máxima de riegos, precisó.
Cómo se atacan
Las malas hierbas pueden controlarse de modo manual, el cual representa ventajas como una inspección efectiva y contro de una gran variedad de malezas, aunque es un proceso lento en su avance y de altos costos.
Otra forma de atacar ese problema es la mecánica, que también deriva en un adecuado control y destrucción de una gran variedad de malezas, afirmó.
Sólo que esa tarea representa altos costos de operación, precisó, y su acceso es limitado a ciertas zonas de los canales.
De cualquier modo, esta tecnología se seguirá usando a fin de aprovechar la maquinaria que se adquirió en meses pasados, puntualizó.
Pero desde el año 2009, citó, la maleza acuática es atacada en el Valle del Yaqui mediante un método seguro, sin uso de agroquímicos y por lo tanto amigable con el medio ambiente.
Se trata del uso de la carpa herbívora, la cual consume toda las plantas acuáticas de los canales.
Carpa herbívora
Acompañado del director general del distrito, Ramón Romero Arreola, así como de los consejeros Jaime Ivich Campoy, Salvador Gutiérrez Covarrubias y el encargado del proyecto, Mario Feuchter Terrazas, dijo que ya hubo una primera etapa exitosa.
En 14 kilómetros de la red mayor de canales los resultados fueron adecuados, expuso, por ello se volverán a reproducir estos animales en el Centro Piscícola de Cajeme.
Para esta segunda etapa se trajeron 22 mil crías de Tlaxcala que este sábado fueron depositadas en el vaso de la presa Chiculi y Hornos, puntos más críticos con la presencia de malas hierbas.
Para una tercera etapa se tratará de reproducir entre 100 y 200 mil crías sin necesidad de adquirirlas en otras regiones sino generadas localmente.
Y en un futuro otras especies como la lobina podrían ser criadas bajo este mismo proyecto con fines deportivos y recreación para la población, puntualizó.