Un tubo de fibra de vidrio de 35 metros de largo y 60 pulgadas de ancho, o sea: más grande que la cápsula que metieron en la mina de Chile, será utilizado por los técnicos del Oomapasc en la reparación del hundimiento ocurrido hace unas semanas en la esquina de las calles 400 y Michoacán.
Dicho tubo es difícil de conseguir, cuando menos no había ni en esta ciudad y la NASA no tenía uno para prestarnos, como les prestó a los chilenos.
Pero en este caso la solución fue más sencilla porque se adquirió en una empresa de Aguascalientes, informó el Oomapasc.
Ya con este tubo empezarán los trabajos de reparación en esta semana, pero no se trasnmitirán por tele ni por internet. Qué chiste.