Ante la cerrazón del gobierno municipal por otorgarle permiso para la venta en vía pública, Filiberto Rojas López realizó una huelga de hambre exprés frente a Palacio Municipal.
El comerciante ambulante declaró que llegaría hasta las últimas consecuencias en sus actos, puesto que las autoridades de Inspección y Vigilancia se han empecinado en cerrarle las oportunidades de trabajo.
Como cajemense y ciudadano mexicano tiene derecho a trabajar para llevar alimento a sus hijos, expuso, pero los gobernantes prefieren otorgarlos a personas que vienen de otras comunidades.
Desde hace varios meses se está luchando, en compañía de otros vendedores ambulantes, para restablecer los puestos móviles que les cerraron, pero hay oídos sordos a sus reclamos, expresó.
Por eso ha llegado hasta esta medida de ponerse en huelga de hambre, a pesar de que está consciente de las consecuencias para su salud, pero sólo así espera llamar la atención del alcalde Manuel Barro Borgaro hacia su problema.
Sin embargo, a pesar de su determinación, quizá porque sintió muy difícil cumplir su cometido, o porque no aguantó las ganas de echarse unos taquitos, Filiberto abandonó el lugar y concluyó su protesta a eso de las 14:00 horas.