Como cosas del destino, ayer que nos preparábamos para emprender estos pergeños y a falta de temas de interés por comentar, nos proponíamos a hacer un recuento de los hechos más trascendentes ocurridos a lo largo de este cada vez más lánguido 2010 y luego tras el rápido cambio de impresiones con el archivero que todos llevamos dentro, la conclusión fue unánime: La nota roja se lleva la de ocho columnas en términos generales porque para desgracia de muchos, nos guste o no, fue la nota que acaparó la atención, día tras día.
Además, una guerra como la que se libra en México en contra de las drogas por parte del gobierno federal no ocurre todos los días y, como rezara aquel viejo comercial de una reconocida marca cervecera con nombre de cerveza de barril; 30 mil muertos no pueden estar equivocados.
Y desafortunadamente, cifras como estas, apenas se reportan en grandes conflagraciones mundiales y aquí en México no vivíamos un hecho de estos desde hace cien años justamente cuando tuvo lugar la revolución mexicana con cuyo descomunal saldo de un millón de muertes no alcanzan a cubrirse aun, ni por asomo, las causas por las que se peleó. En este caso tendríamos que decir, parafraseando de nuevo el viejo comercial cervecero que poco más de 50 millones de mexicanos --- es decir, más de la mitad de la población en condiciones más que precarias, viviendo con un poco más de un dólar por día —no pueden desmentir aseveración tan elocuente y obvia.
Y esto sin descontar aquella otra parte del México que vive, bueno, hace que vive, en condiciones paupérrimas arriba de lo que significa la pobreza extrema y que para acabar luego ha sido el eficaz caldo de cultivo para los seguidores del subcomandante Marcos y que día con día engrosa las filas del crimen organizado al grito de más vale una muerte a corta edad, pero viviendo a cuerpo de rey y sin carencias económicas que una muerte, ya de viejo, pero en la miseria.
Esa es la filosofía que ha dado pie a esos grandes ejércitos de criminales que en su búsqueda por el poder y el dinero han pasado a ser el enemigo público número uno del gobierno establecido, el de las instituciones fallidas, el del Estado fallido que no ha querido o no ha podido enderezar la economía en dirección a la creación de más y más empleos para todos y por otro lado, ahora los combate a fuerza de fuego y muerte.
¿Resultado? Una comunidad que en su esfuerzo por sobrevivir ha quedado en medio del fuego cruzado, igual exactamente que les ocurrió a los estudiantes del Tec de Monterrey, en Monterrey y como sucedió con Mario Alatorre, hace ya casi un año, en las calles de Cajeme y como acaba de ocurrir ayer, aquí en nuestra ciudad cuando las balas asesinas del crimen organizado impactaron en la humanidad del niño Mario Alfonso Ramírez Piña cuando caminaba por el estacionamiento del centro comercial, Walmart, en compañía de sus padres.
Es el efecto colateral del que hablamos líneas arriba y del que en su tiempo nos advirtió el mismo Felipe Calderón cuando dijo que, por desgracia, todavía habría muchos más hechos de sangre en relación a la cruzada emprendida por su gobierno.
A propósito de efectos, algunas versiones apuntan que el ajusticiamiento de que fue objeto el vecino de Navojoa, Rodolfo Woolfolk Portillo, muerto ahí en los mismos hechos de sangre en que perdiera la vida el niño Ramírez Piña, tienen que ver con los “reventones” que pegó el ejército y PFP de la región en algunos domicilios de la zona norte de Cajeme; concretamente en Quintana Roo y calle norte y Tabasco y Norte.
FIERRITOS EN LA LUMBRE
Al parecer no convence a muchos la idea de que el supuesto concierto de Juan Gabriel haya sido pospuesto para febrero próximo, motivo por el cual se han acercado al responsable de la empresa Garmag, René Gómez Amado e efecto de que les sea reintegrado el dinero que pagaron por los boletos para el evento que habría de efectuarse este pasado 18 de diciembre, aquí en Cajeme. El problema, dicen los quejosos que se han comunicado con el columnista para externar su inconformidad es que el señor Gómez Amado no aparece por ningún lado.
Estamos hablando, por supuesto, de aquellos que al grito de más vale pájaro en mano que ver un ciento volar, han optado por cancelar su boleto y antes que esperar la llegada del divo de Juárez, pues sencillamente quieren recuperar sus entradas. La queja es de muchos de los quejosos que dicen no dar con el señor Gómez y la música, naturalmente va con dedicatoria para el delegado de Profeco en Cajeme.
Y, finalmente, después de enterarse uno que santos barones de la inmaculada sotana como Marcial Marcel fueron auténticos maricones arriba y abajo del púlpito que batearon al estilo switch-leaguer (traducción; por ambos lados, con hijos reconocidos legalmente, aunque regados por el mundo ) sale sobrando la noticia que recorrió ayer el mundo y que habla de que el cantante Elton John y su marido, David Furnish serán padres primerizos, con vientre alquilado, naturalmente.
De lo contrario, es decir con la misma, la del lector y la del suscrito, sí sería un notición que seguramente nos anticiparía el fin de este descocado universo. Para los que gentilmente han preguntado por la salud del compadre y amigo Rosendo Montiel, la buena noticia es que el hombre ya está fuera de todo peligro y descansando en su residencia particular, ahí en la calle que lleva su nombre, a espaldas del sector Plano Oriente. A Dios, gracias.
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