CD. DE MÉXICO.- Con recursos públicos que no son auditados, mezclando el espectáculo y el melodrama con el proselitismo político, algunos gobernadores ya encontraron otra fórmula para su promoción personal en la pantalla televisiva, dándole la vuelta a las prohibiciones de la ley electoral: financiar telenovelas y aparecer como parte de la “publicidad integrada” de este género que, junto con el futbol, es el que mayor rating genera.
En la edición del 2 de enero de 2010 en la revista Proceso publicamos que este modelo de “publicidad integrada” tiene como principal impulsor al vicepresidente de Comercialización de Televisa, Alejandro Quintero Iñiguez, el mismo accionista de TV Promo, empresa que opera como bróker (intermediario) del consorcio y que controla la agenda comunicación y mercadotecnia del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto.
Citamos los casos de Sortilegio, grabada en cascos de hacienda y locaciones de Yucatán con el apoyo de la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco; de Corazón Salvaje, estelarizada no sólo por el elenco de Televisa, sino por el gobernador veracruzano Fidel Herrera, que dio “todo el apoyo logístico”; Mar de Amor, ambientada en las palyas campechanas de San Lorenzo y Ceibaplaya, financiada por el gobernador Fernando Ortega Bernés; Mi Pecado, pagada e impulsada por el mandatario chiapaneco Jaime Sabines, que también apoyó la producción de Pasión Morena, telenovela de TV Azteca.
A estos casos de 2009 y 2010 se suman los ejemplos de telenovelas como La fea más bella, con su espectacular final en Monterrey, contando con el entonces gobernador Natividad González Parás y su esposa como extras del melodrama de 2007; o el polémico caso de Las Tontas no van al Cielo, grabada en Jalisco y financiada por Emilio González, el góber piadoso que no tuvo “asquito” para destinar 12 millones de pesos del presupuesto a una telenovela que generó protestas por el contenido misógino de la trama.
Osorio Chong y Soy tu Dueña
Un año después, este 5 de enero de 2011, el periódico Reforma confirma esta tendencia y publica partes del convenio firmado entre el gobernador de Hidalgo, Miguel Osorio Chong, y Televisa para grabar en haciendas hidalguenses la telenovela Soy tu Dueña, con todos los gastos pagados, a cuenta del erario estatal, a cambio de que las autoridades locales aparecieran en el “pizarrazo” de inicio de la telenovela.
El documento, firmado el 23 de febrero de 2010, entre la directora general de la Secretaría de Turismo de Hidalgo, Mirna Cristina López Manilla, y los representantes de Televisa, Alejandro Quintero Iñiguez y Jorge Lutteroth Echegoyen, incluye las siguientes cláusulas:
“El Gobierno del estado cubrirá los siguientes gastos que se generen por la grabación de la telenovela Soy tu Dueña: 1. Gastos para hospedaje, alimentación, transporte y otros gastos, los cuales serán distribuidos de la siguiente manera: a) total de hospedaje; b) total de administración; c) renta de transporte; d) total de otros gastos; e) transportación en vehículos terrestres a completa disposición, incluyendo conductor y combustible.”
A cambio, Televisa se comprometió, según el convenio a hacer “una invitación a las autoridades del estado a la presentación de la telenovela, misma que será cubierta por medios nacionales” y el “pizarrazo de inicio de las grabaciones de la telenovela en el estado por parte del gobierno del estado, con presencia de medios nacionales”.
También se comprometió a insertar créditos de agradecimiento al gobierno estatal al final de cada capítulo, aparición que quedó sujeta a los tiempos “máster” de la transmisión. Lo mismo sucedió con los casos de Sortilegio, en Yucatán, y Corazón Salvaje, en Veracruz.
La nota de Reforma advierte que el propietario de las hacienda Santiago Tetlapayac, utilizada como “set” del melodrama, demandó tanto a Televisa como al gobierno de Hidalgo, alegando que la firma del convenio para grabar Soy tu Dueña, se hizo a espaldas de Ricardo Negrete Granados, dueño del 50 por ciento de este sitio.
En la demanda civil , Televisa reconoció haber suscrito el convenio civil con el gobierno de Osorio Chong, pero las autoridades estatales negaron la existencia de este documento, firmado por Delia Lozada Romero, propietaria del otro 50% de la hacienda, por la Secretaría de Turismo de Hidalgo y por Alejandro Quintero, a nombre de Televisa.
Según la demanda, Lozada Romero admitió ante el juez civil que cobró 47 millones de pesos por autorizar la grabación de Soy tu Dueña. De acuerdo con las cláusulas del convenio, estos recursos se le pagaron a Televisa con recursos del gobierno priista.
¿Cuántos recursos similares y discrecionales no habrán dispuesto los gobernadores de otras entidades para apoyar los melodramas de Televisa, a cambio de hacerse promoción en la pantalla de Canal 2?
El “Triángulo de las Bermudas” de Televisa
Experto en contenidos televisivos y, en especial, en las telenovelas mexicanas, Alvaro Cueva advirtió a Proceso que esta tendencia no es nueva. Ya desde los años sesenta, los gobiernos estatales del PRI financiaron melodramas históricos como Los Caudillos, El Carruaje, La Constitución, producidas por Ernesto Alonso.
“La diferencia es que antes el área de telenovelas estaba separada del área de noticias y de mercadotecnia política de Televisa. Ahora todo forma parte de paquetes generales que se venden a los gobernadores: programas de espectáculos, publicaciones, programas especiales, centros del Teletón y telenovelas”, precisó Cueva.
Para el especialista, existe una especie de “triángulo de las Bermudas” que determina ahora la grabación de las telenovelas: el apoyo de un gobierno estatal, el respaldo de una marca o “causa social” y la opacidad en el manejo de los recursos.
Cueva calificó como “la cúspide de la comercialización” la grabación de la telenovela Sortilegio, grabada con el apoyo financiero de los gobiernos de Yucatán y del Estado de México, más el patrocinio de las tiendas Chedraui y una “causa social” que fue el programa Un Kilo de Ayuda.
Lo mismo sucedió con Mi Pecado, telenovela grabada con recursos del gobierno de Chiapas, la promoción de Knor Suiza y una “causa social” como el cuidado del agua.
De esta manera, no sólo se lavan la imagen sino millones de pesos del presupuesto público que no son fiscalizados. Y Televisa se embolsa estos recursos, sin importarle mucho si sus telenovelas tienen los mismos niveles de rating que antes. A fin de cuentas, ya todos los gastos están cubiertos por los virreyes o virreinas estatales.