|
Con 17 asesinatos o "ejecuciones" a cargo de la delincuencia organizada durante enero y los primeros días de febrero, el año 2011 amenaza con ser el más violento que registra la historia de nuestro municipio.
La cifra habla por sí sola del nivel al que ha llegado la presencia de los grupos delictivos en nuestra ciudad, pero lo más inquietante es la impotencia de las autoridades policiacas que a pesar de la creciente inversión en cuerpos policiacos, armamento y logística, siguen siendo superadas por los hechos sangrientos a cargo de dichos grupos.
La Procuraduría General de Justicia en el Estado reiteró esta semana que los operativos comjuntos de la Policía Estatal Investigadora (PEI), la Policía Estatal de Seguridad Pública (Pesp), Policía Federal Preventiva y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) son para garantizar la seguridad de los ciudadanos y evitar psicosis en la misma.
Y nadie duda de la sincera intención de las autoridades por poner un freno al crecimiento de la delincuencia organizada, pero la realidad pone en evidencia el limitado impacto de sus acciones.
Así transcurre el 2011, un año en el que pensábamos iba a disminuir la violencia del crimen organizado, pero que hasta ahora nos está demostrando lo contrario.
