Sonora cuenta con sitios históricos relevantes que están prácticamente en el abandono por parte de las autoridades, señaló el escritor Paco Ignacio Taibo II.
Mientras que en otras regiones o países se asigna un valor importante a sitios, edificios y reliquias históricas, en nuestra entidad no se aprecia este patrimonio ya sea por negligencia o ignorancia.
Invitado por la Universidad de Sonora, Taibo II dictó conferencias en Hermosillo y Cd. Obregón donde habló de su libro sobre Pancho Villa; además recorrió los pueblos yaquis tradicionales para documentar un trabajo sobre las guerras de exterminio que ha debido enfrentar esta etnia.
"Es increíble lo que han sufrido y luchado los yaquis para evitar su extinción, creo que no hay paralelo con otras luchas populares. Dejando atrás lo que enfrentaron desde la llegada de los españoles, vivieron una guerra de más de cuarenta años contra el gobierno federal, primero el porfirista y después el que surgió de la lucha revolucionaria", comentó.
Las matanzas que diezmaron a la mayor parte de la población indígena, el exilio, la traición de los revolucionarios, la barbarie que enfrentaron en los campos de concentranción del sureste, cada capítulo de la historia yaqui desde mediados del siglo XIX forma parte de la investigación que realiza Taibo II.
El resultado se plasmará en un libro y en un videodocumento que producirá National Geographic este año.
Este lunes el escritor habló en la Biblioteca Pública sobre Pancho Villa, las contradicciones del personaje surgidas de la imaginación popular y de la historia oficial, "hecha a medida del PRI".
Destacó la identidad popular de las luchas encabezadas por Villa y Zapata, identidad borrada o manipulada por la historia oficial.
Describió anécdotas que retratan a un Villa desconocido, como aquélla cuando el militar revolucionario entró a una tienda en Chihuahua armado hasta los dientes, con cananas cruzadas sobre el pecho, un cinturón de balas, dos pistolas y una carabina al hombro, en fin, una apariencia feroz del Pancho Villa que pidió a la empleada de la tienda "una malteada de fresa, por favor".
"Porque Villa no tomaba licor, sólo malteadas de fresas", explicó.