"Yo también quiero trabajar en Oomapasc”, le expresó con ironía amistosa el secretario del Ayuntamiento Luis Alberto Plascencia al director del Oomapasc, Pablo Willis Alcántar, luego de que éste respondiera las acusaciones de un supuesto aumento de hasta el 22% a directivos y personal de confianza.
Había terminado otra sesión de Cabildo y como los buenos managers, el “Chabeto”, cuyo sueldo mensual es de 31 mil 253 pesos, rápidamente intentó subirle los ánimos al director del Organismo, pues desde ring side atestiguó cómo le había fallado la respiración en el round que tuvo con los reporteros.
Y es que a los señalamientos del personal sindicalizado del Oomapasc de que se había subido el sueldo de 49 mil 859 a 58 mil 652 pesos, superior al 5% autorizado a los sindicalizados, Willis Alcántar replicó: “Lo más seguro es que haya un error en la página… lo vamos a corregir”.
Otra vez el Organismo fue el tema más polémico para los regidores y con los mismos “verdugos” de por medio, ya que en la anterior reunión tanto Armando Alcalá como Guillermo Patiño cuestionaron al Presidente Municipal de un supuesto subejercicio de 50 millones de pesos.
La tarde del martes en Cabildo trascurría con tranquilidad y elegancia, con vestimenta formal para la foto que se guardará en la cápsula del tiempo. Los regidores panistas con sus corbatas azules, los de PRI con el rojo, secundados por el regidor Patiño Fierro que lucía también el color rojo en el pecho, no el amarillo.
“Hasta Andrés Manuel (López Obrador) usa corbatas rojas, así que no hay nada de que preocuparse”, argumentó el edil a los comentarios de la prensa sobre el color del accesorio que portaba.
El tema que más había crispado los ánimos de los regidores fue la petición de donación de terreno para una fundación, cuyo presidente es funcionario del Itesca, por lo que apelando la regidora Carmen Guerrero se oponía a que se aprobara.
Pero el caso se fue a la Comisión de Reglamentación y el ambiente se calmó aunque solo por unos minutos, pues al llegar a los asuntos generales, el regidor Alcalá ya “se frotaba las manos” con los documentos que le había pasado Silvia Godoy Vea, a la sazón delegada sindical de la paramunicipal.
Entonces salieron a relucir los papeles y se dio un duelo de palabras entre Armando Alcalá y el Alcalde de Cajeme, quien muy preocupado le pedía al priísta que se hiciera un uso responsable de los números que tenía en sus manos para no generar la nota principal entre los reporteros presentes.
Alcalá levantó la voz como si no recordara que ellos, los regidores, también tienen su "guardadito": una petición de seis mil pesos más a sus ingresos extraordinarios.
Pero muy al estilo del personaje de doña Margara Francisca, el regidor increpó al munícipe: “Con tooodo respeto señor presidente, pero los trabajadores que nos dieron esta información son personas serias y los regidores no podemos estar difamando, además de que son datos que están en el portal de transparencia”.
Hábilmente Barro Borgaro medió para el caso se analizara en la Comisión de Hacienda porque los regidores del PAN nunca reaccionaron, incluido su nuevo dirigente municipal, quizás más preocupados porque no les fueran a cerrar la cecina de la calle California, lugar donde acudieron una vez que nuevamente les tomaron la foto en las escaleras de Palacio Municipal.