El ulular de las sirenas alarmó a todos.
¡Una fuga en el Cereso de Obregón!, gritaron a los reporteros y de inmeditatos todos dejaron lo que estaban haciendo, agarraron cámaras, unidades móviles y... a fuerza de carrera... salieron disparados hacia el reclusorio.
Cuando llegaron ya estaban allí varias unidades de Bomberos, policías, Cruz Roja y los curiosos que nunca faltan.
¿Quién se fugó? ¿Fue una fuga masiva? ¿Amagaron a los guardias?
Todas las preguntas de una situación como ésta encontraron una respuesta lapidaria:
No fue fuga de reos... fue fuga de gas.
¡Aaaaahhh!, dijeros desencantados los reporteros que ya se sentían seguros de ganarse la nota principal de periódicos, portales de internet, noticieros de radio y tv.
Ya repuestos de la decepción, uno de los bomberos presentes les explicó:
Se fugó el gas del tanque de 5 mil litros que provee al reclusorio.
La causa: Un trascabo que realizaba movimientos en el lugar, pegó con su parte trasera a la válvula del tanque y la rompió, originando la fuga que puso los pelos de punta a quienes temían una explosión.
Como canción gritaron todos: Qué vengan los bomberos.
Por fortuna llegaron pronto los apagafuegos a bordo de las unidades 4 y Eco 8 y en 20 minutos resolvieron el problema.
Se acabó la alerta. De aquí nada ni nadie se fuga.