Después del encontronazo por motivos de la aprobación de la cuenta pública del 2010, las fuerzas languidecen en Sala de Cabildo y los regidores ya barajean sus opciones de menú, entre ellos los tamales que se despachan frente al elevador de palacio.
También discuten y compiten sobre qué partido aplica con legitimidad el mayoriteo, esa práctica con sello del priato, pero revivido por los panistas cuando ya no funcionan las réplicas y las contra réplicas y no les queda de otra que defender lo indefendible. Eso, sin duda, agota a cualquier mortal.
Ya pasan las 3 de la tarde y en el orden del día aún hay puntos pendientes por votar. Una nimiedad que resuelven en segundos. Se trata de cinco ratificaciones de acuerdos para que se publiquen en el Boletín Oficial del Estrado de Sonora.
Pero cuando se trata de saciar el apetito, los ediles cajemenses son unos expertos en construir consensos, aunque la pizza servida para la ocasión no haya sido de su agrado. De hecho provocó el único acuerdo unánime de los once puntos que se abordaron en la sesión extraordinaria.
De pronto surge la propuesta: votemos todo en paquete. “Sí, porque ya tenemos hambre y la pizza que nos sirvieron está bastante mala, de seguro la compraron en el tianguis”, dice con ironía la panista Alma Delgado.
Los cuestionamientos hacia el Gobierno Ciudadano estuvieron al orden del día de parte de los opositores. El regidor por el PRI Armando Alcalá externó que argumentaría su voto en contra por el manejo financiero que se presentó el año pasado.
No es posible presidente que mientras en el Oomapasc presenta un subejercicio de 50 millones, el Ayuntamiento se sobregiró con 63 millones más de lo autorizado en el año pasado, señalaba con solemnidad priista.
“No se me hacen suficientes las explicaciones que ha dado el Oomapasc sobre los temas que se han cuestionado, no estoy satisfecho con los argumentos que nos han dado”, remarcó el también presidente de la Fundación Colosio.
El alcalde Manuel Barro solo lo miraba sin gesticular y muy parco, quizás porque “en boca cerrada no entran moscas”, luego que en la sesión pasada protagonizó una gresca con el regidor Guillermo Patiño por el caso Kofanor, de no muy gratos recuerdos.
Mientras que al regidor Héctor Rodríguez Camacho ya le anda que todo acabe porque las críticas suben de tono, por lo cual solicita que se vote el punto, pero se topa con la mano del regidor perredista apuntando hacia el cielo.
Pese a ello, Camacho acude al "Manual de cómo convencer al adversario en Cabildo": “Solicito que se vote el punto porque la cuenta pública ya fue avalada de forma trimestral y el regidor Alcalá solo busca generar la nota”.
Tras exponer que se abstendría de votar en reconocimiento a los números que presentaron la Central Camioneta y el Rastro Municipal, el regidor perredista Guillermo Patiño cuestionó principalmente la compra de vehículos y de mobiliaria a un sobreprecio:
“Hay cosas que no cuadran, como la adquisición de una Suburban usada en 350 mil pesos, que en el mercado su precio es menor y en Desarrollo Urbano se compraron 2 camionetas Dakota, cuando se debió optar por otras unidades más económicas que bien podían cumplir la misma función”.
Pero lo que no es entendible, siguió Patiño Fierro, es cómo en Desarrollo Urbano se gastaron 650 mil pesos en el proyecto ejecutivo para la plaza Alvaro Obregón, cuando todo mundo sabe que hay un área especializada para hacer esos trabajos.
"Le faltó decir que él tiene una empresa contratista que puede hacer el trabajo", murmuró un venenoso reportero.
Silencio sepulcral en Cabildo. El regidor Fredy Verduzco da muestra de enfado y manda señales para que las mayorías se escuchen. De pronto, se oye una aclaración pertinente del síndico Jorge Russo, pendiente de su reputación:
“Nomás te aclaro regidor, que dijiste que se trataba de adquisición de bienes inmuebles y pues como se trata de mobiliaria en lo que nada tengo que ver, lo digo porque de otra manera salgo raspado”, precisó por si acaso.
Para ese entonces no había punto de acuerdo en el ambiente y la aplanadora panista con el apoyo de la priísta Lourdes Luna hizo posible que el documento se envíe a tiempo al Congreso para su aprobación. El resto se abstuvo…y de comer pizza también.
“Yo no sé de dónde les salió lo finito a los regidores, si siempre se comen todo lo que les ponemos”, revira el personal de regidores, luego de la mofa que hiciera del platillo el divo de Pueblo Yaqui especialista en desdenes.
El fantasma de Monterroso ronda poen Cabildo: Y cuando terminó la sesión… la rebanada de pizza estaba allí.. despreciada sobre un plato de hielo seco. Es Cuanto.