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Como muchos ciudadanos en busca del llamado sueño americano, Carlos Murillo Barajas de 19 años de edad decidió emprender el que considera el viaje de su vida.
Desde Zapopan, Jalisco, el joven dejó a su pareja y a su niño de año y medio en tierras tapatías, y mochila al hombro abordó el tren carguero hace 22 días rumbo al norte del país.
Carlos se convirtió en los que popularmente se conocen como “trampitas”.
Este lunes llegó a Ciudad Obregón, donde decidió quedarse para recibir atención médica ya que en el viaje se enfermó del pecho.
Entre los mismos “trampitas” supo que en la colonia Plano Oriente, cerca de las vías del tren, hace tres meses fue inaugurada la Casa del Pobre y del Migrante “El Buen Samaritano”, donde podían surtirle la receta que le dio el médico que lo examinó.
En el lugar, recibieron la receta y aunque no tenían en existencia el medicamento, buscaron los medios para comprárselo y así, la noche de hoy, Carlos pueda abordar de nuevo el tren para llegar a la frontera con Estados Unidos, la cual cruzará de manera ilegal para llegar hasta Pensilvania, donde viven dos de sus hermanos.
Reciben apoyo del DIF
Material de limpieza, aseo personal ropa y medicamentos donó el DIF Cajeme a la Casa del Pobre y del Migrante “El Buen Samaritano”.
María Laura Riemann de Barro, presidenta de la dependencia municipal, hizo entrega del donativo que beneficiará a los “trampitas” e indigentes que atienden en el lugar, ubicado por la calle Constitución entre Guerrero y Mendoza.
El padre Alfredo Rosas, encargado de la casa, expresó que han llegado alrededor de250 migrantes procedentes de países como Honduras, El Salvador, Perú y Guatemala, así como habitantes del sur del país, que igual buscan cruzar de manera ilegal a Estados Unidos.
En el lugar se les proporciona, aseo, ropa, medicamentos, un lugar donde dormir y alimento por no más de cuatros, días y en el inter, se platica con las personas para convencerlas de regresas a sus lugares de origen.
