La historia de Ernesto Alonso Limón Cruz es como la de muchos que caen en el mundo de las drogas, pero lo que la va diferenciar, asegura, es que la suya tendrá un final feliz y de éxito, de eso él se encargará.
A la edad de 28 años, Ernesto Alonso tiene un historial de 10 años en el consumo de distintos tipos de drogas, lo que lo llevó a perder a su familia, incluida su hija de diez años de edad, a quien no ve desde que tenía cinco.
A los 18 años, inició con el consumo de pastillas, por aceptación del grupo con el que se reunía y por los problemas familiares por lo que atravesaba en su hogar, lo que también lo llevó a no continuar sus estudios, que dejó cuando cursaba el tercer semestre de preparatoria.
El pasado mes de febrero, el joven ingresó al Centro de Rehabilitación para Drogadicción y Alcoholismo (Creda) de la colonia Libertad y a la fecha, no ha consumido ningún tipo de droga.
“Les quiero decir a todas las personas que andan en una adicción, es una enfermedad progresiva y mortal que hace mucho daño, que arruina la vida de uno lo lleva hacia la tristeza, soledad y abandono, y realmente yo a esta casa le estoy muy agradecido, porque estoy con ganas de vivir y salir adelante, y realmente formar una nueva familia, porque perdí a mi familia y aquí ando en una lucha continua”, expresó.
Esta semana, Ernesto Alonso cumplió con los tres meses que dura el proceso de rehabilitación en el Creda y cuando él lo decida, pueda dejar el centro, pero siente que debe quedarse por más tiempo, para no recaer y regresar.
Originario de Navojoa, su plan es empezar una nueva vida en Ciudad Obregón y formar una nueva familia y recuperar la confianza en la madre de su hija para que le permita acercarse a ella, ya que la pequeña es lo que lo impulsa a ser una mejor persona.
Otorga apoyos DIF
Para que centros como el Creda mejoren sus condiciones de atención y tengan la posibilidad de recibir a más jóvenes y adultos inmersos en el mundo de las drogas o el alcohol, el DIF Cajeme les otorgó apoyos como despensas, colchonetas y cobijas.
María Laura Riemann de Barro, presidenta del DIF Cajeme, expuso que lo ideal sería que no hubiera jóvenes en la necesidad de entrar a un centro de rehabilitación, pero mientras los haya, buscarán acercarles los apoyos que requieran y en esta ocasión, siete lugares fueron beneficiados.
“Sabemos que su lucha constante es por salir adelante, por rehabilitarse, y pues no tenemos más que apoyarlos y felicitarlos por esta labor que hacen, de dejar atrás sus problemas de drogadicción, nos comprometemos a apoyarlos en lo que necesiten”, mencionó la primera dama de Cajeme.