Ni son todos los que marcharon ni marcharon todos los que son. Había más chicos y chicas de la prensa y de Seguridad Pública, pero aún así los jóvenes del movimiento gay no se inhibieron y marcharon para exigir respeto a su identidad sexual.
Este el movimiento por el orgullo lésbico-gay que por primera vez salió del anonimato, ataviado con la bandera multicolor que los representa y de frases cargadas de humor: “Soy la oveja rosa de la familia”.
Y lo primero que llama la atención es la juventud de los manifestantes, adolescentes que parecen decididos a no esconderse ni permitir vejaciones como las que sufrieron los más grandes.
Convocada para las 4 y media de la tarde, la salida del contingente se retrasó por más de una hora debido a las altas temperaturas, pero también por la falta de organización, donde los más beneficiados fueron los vendedores ambulantes.
De pronto en el exterior del teatro del Itson había más gente de los medios y los llamados “orejas” que miembros del movimiento, pues como bien retrató uno de los presentes, Ciudad Obregón es todavía “un pueblo de clóset”.
Durante la manifestación, que culminó en la plaza Alvaro Obregón, Luisa Fernanda Martínez Elenes, dirigente del movimiento lésbico-gay, exponía la principal demanda que es el respeto y el reconocimiento a la diversidad.
“No somos un tercer género, somos las mismas personas y lo único que deseamos es compartir nuestra felicidad porque estamos orgullosos de lo que somos”, decía por el micrófono, mientras recibía el apoyo de algunos automovilistas.
Asimismo, Martínez Elenes llamó a los cajemenses a tener más tolerancia hacia los miembros de la comunidad lésbico-gay, que lo mismo está en escuelas, hospitales, oficinas públicas y empresas particulares.
La curiosidad y la indeferencia fue la reacción que más se observó en los rostros de quienes por ese momento se encontraban por la calle Miguel Alemán, sin faltar las clásicas burlas e insultos por sus preferencias sexuales.
Al final se vieron los rostros de alegría por vencer el temor “al que dirán” y luchar por los derechos que les otorga la Constitución, el Bando de Gobierno y que cotidianamente no son respetados por quienes se consideran “normales”.