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Las manos de Mireya Meléndrez Tarazón son mágicas, todo lo transforman. Lo que unos consideran basura, escombros o que ya no tiene reparación, para ella es materia prima.
Desde hace décadas, se mudó al municipio de Rosario Tesopaco, donde compró una vivienda cerca de la plaza pública del lugar, la cual se encontraba en ruinas y hoy, además de seguir siendo su casa, es un hotel.
Pero no es un hotel cualquiera, ella se ha encargado de decorar a detalle cada una de las 21 habitaciones, las cuales son todas diferentes.
Camas de madera reciclada, lámparas realizadas con troncos de pequeños arboles o botellas de refresco, tocadores, cuadros y baños hechos con retazos de vitro piso que recoge de entre lomas de escombro.
“Yo agarro ya sea una piedra la coloco, pinto, hago los muebles, la decoración, no me da pena decirlo que todo lo hago yo, reciclo, hago lámparas, en el restaurante yo hago la comida, el estilo y la originalidad del pueblo es lo que más me interesa no se pierda”, comentó.
El hotel llamado La Finca, ha despertado el interés de turistas de Canadá, China, Australia, Estados Unidos, Inglaterra, Vietnam, República Checa, Colombia y otras ciudades de México.
“A los jubilados que vienen por mucho tiempo, que se hospedan en el hotel, les doy cursos de manualidades, de carpintería, les doy el curso unos 15 días aprovecho, y ya se llevan un mueble que ellos mismos hicieron y esas personas me promocionan en sus países y mandan más huéspedes”, dijo.
Mireya además de encargarse de decorar de manera rústica, campirana el hotel, construye los muebles pues entre sus talentos natos, está la carpintería.
No solo hace los muebles del hotel, también hay habitantes en el municipio que le piden haga cocinas integrales, mesas, entre otros.
Desde hace cuatro años que abrió el hotel, cuando solo contaba con cinco habitaciones, ella y su esposo atienden personalmente a sus huéspedes incluso ahora que ya rebasaron los 20 cuartos.
Las habitaciones son frescas por ser de techos altos y de adobe y de precios accesibles, desde los 300 pesos a los 700 pesos por noche.
“Quienes vienen de fuera les gusta, porque dicen que sí se sienten en México, las cosas son naturales, recicladas, las vigas de esta casa tienen 160 años, los muebles son hechos con madera reciclada”, platicó Mireya.
Este hotel no solo es considerado en Rosario Tesopaco como un lugar donde hospedarse, sino parte del atractivo turístico de este municipio.
