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Anunciado en enero del 2009 por el gobernador Eduardo Bours como panacea al problema de desempleo en la región Sur, pues generaría al menos mil 250 empleos directos, el Recinto Fiscalizado Estratégico de Sonora (REFIESON) se convirtió en la más reciente arena política entre el Nuevo Sonora y el Sonora de Oportunidades.
Hasta el kilómetro 18 de la carretera internacional, antes de llegar al aeropuerto, llegaron en busca de posicionamiento los diputados Rogelio Díaz Brown y Faustino Félix Escalante, fieles escuderos del boursato que hoy reclaman la herencia de su ex jefe político.
Antes de este episodio, desatado por las críticas del Secretario de Economía, Moisés Gómez Reyna, hacia el Recinto aún sin terminar, la lucha entre los grupos de poder se registró a través del edificio del CUM, el programa de transporte Suba y la sucesión de la rectoría del Itson.
Muy puntual a la cita Gustavo Almada Bórquez, dirigente de la Canaco, a cuya organización el gobernador “echao palante” había heredado la administración del CUM, privilegio al que tuvo renunciar, luego de un encontronazo con el titular del Gobierno Ciudadano.
Una vez instaladas las cámaras y micrófonos, inician la apología al proyecto boursista, al fin y al cabo los visitantes se encuentran a unos pasos de lo que próximamente será una aduana y aunque no traen mercancía, “aprovechan la recta” para declarar a su antojo.
El primero en hacerlo es el diputado Rogelio Díaz Brown, quien destaca el número de empleos a generar y que ayudaría a que Sonora deje de estar en el nada honroso séptimo lugar en el ranking del desempleo en México.
Lo refuerza el diputado Faustino Félix Chávez, presidente Comisión de Fomento Económico y Turismo, quien cuestiona el proceder del gobierno estatal, pues el Recinto “no es obra de la ocurrencia y la casualidad”, pues fue avalado hasta por autoridades de Estados Unidos especialistas en el tema.
El optimismo legislativo aumenta cuando llega Francisco Báez, residente de la obra, quien anuncia que la obra tiene un avance del 95% y que ya comenzaron a fluir los 50 millones que faltan para concluir los trabajos en septiembre.
Aunque afirma que 250 trabajadores de ICSA trabajan para terminar el Recinto, lo cierto es que en el recorrido solo se observó una cuadrilla de limpieza, otra más en trabajos de albañilería y el conjunto más grande construía lo que será tanque elevado y un guardia de seguridad privada.
Cuando llega el turno del líder de la Canaco los reflectores “parpadeaban” de cansancio, por lo que a Almada Bórquez le tocó exhortar a “dejar las cuestiones políticas a un lado” y anunciar que en la próxima semana se reunirán con funcionarios de Economía para tratar el tema del Recinto por primera vez.
Misión cumplida, el ex gobernador de Sonora ya puede dormir “como bebito” en donde quiera que se encuentre, pues su obra magna será preservada, tanto que ya se anda promoviendo entre capitales europeos.
