Desde 1982, cuando empezó a aplicarse el modelo económico neoliberal, México ha crecido a tasas promedio de 2.1 por ciento anual, con lo que el país se ha reafirmado como el de peor desempeño económico de América Latina, aseguró José Luis Calva Téllez, integrante del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Consideró que los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, dada a conocer el viernes por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que demuestra que cada uno de los 29 millones de hogares perdió ingresos, “es un botón de muestra de lo que está ocurriendo en el país, con funcionarios más preocupados por mantener el balance fiscal sacrificando el crecimiento y el empleo”.
Estimó que el deterioro en los ingresos de los hogares mexicanos se acentuará en este año, sobre todo para los más pobres, debido al repunte en el precio de los alimentos, materias primas y energéticos, dado que los pobres deberán destinar una mayor proporción de sus bajos salarios para la compra de alimentos.
Reveló que el salario mínimo ahora puede comprar menos de una tercera parte de lo que se podría adquirir en 1982, mientras que los salarios de los trabajadores con prestaciones contractuales también perdieron la mitad del poder de compra.
José Luis Calva aseguró que desde 1982, cuando se empezó a aplicar el modelo neoliberal, el salario mínimo perdió 71.3 por ciento de su poder de compra. Los salarios de los empleados sindicalizados perdieron 50 por ciento, en tanto que la falta de capacidad de la economía para absorber a poco más de un millón de jóvenes que cada año se integra a la fuerza laboral ha propiciado la creciente migración.
A diferencia de años anteriores, en que los migrantes eran jornaleros, ahora la tendencia cambió y cada vez más mexicanos con estudios medios y superiores prefieren emigrar al extranjero ante la falta de oportunidades en su país, “con lo que estamos transfiriendo nuestra mayor riqueza, es decir, los recursos humanos capacitados”.
La falta de oportunidades en México, dijo, ha provocado que 12 millones de mexicanos hayan emigrado y produzcan una riqueza en Estados Unidos equivalente a 600 mil millones de dólares anuales, lo que significa un desperdicio del bono demográfico.
En contraste, ahora el narcotráfico ha creado unos 600 mil empleos, convirtiéndose en el mayor generador de puestos de trabajo.
“Es triste que no tengamos una gestión de la economía mexicana que permita a los mexicanos producir y generar esa riqueza en su tierra”. Y, en contraste, hay funcionarios, como los secretarios de Hacienda, Ernesto Cordero, y de Economía, Bruno Ferrari, que declaran que “México ya no es un país de pobres”, o que la “caída en los ingresos sea sólo una percepción”. Estas declaraciones de autoelogios, agregó, lo único que muestran es una visión lamentable de autoengaño porque el país no comparte esa visión de bonanza.
Lo grave es que estos funcionarios, quienes conducen la política económica del país no conocen la realidad, entonces no van a poder cumplir su misión.
Lo importante, añadió, para los funcionarios responsables de la política económica de México, es mantener la ortodoxia en la que lo importante es sostener las metas fiscales a toda costa y el control de la inflación mientras que el bienestar de los más de 112 millones de mexicanos no importa.
El experto indicó que en las casi tres décadas de aplicación del modelo neoliberal, que ha demostrado su fracaso, el producto interno bruto, entendido como el total de los bienes y servicios que produce una economía en un periodo determinado, distribuido entre todos sus habitantes apenas creció 0.5 por ciento.
Consideró que los mejores secretarios de Hacienda de México, fueron Alberto J. Pani, en la década de los 30, cuando fue capaz de sacar a México de la recesión, y Antonio Ortiz Mena, a principios de los sesenta, periodo del desarrollo estabilizador, en el que los salarios multiplicaron su poder adquisitivo en 80 por ciento y prácticamente no hubo inflación.