Creo que este sueño-deseo todos lo hemos tenido por lo menos una vez. En esta ocasión, quise compartirlo con otros amigos y amigas y les hice la pregunta ¿Para qué te gustaría ser niño otra vez? Hubo respuestas tanto masculinas como femeninas, pero todas ellas son aplicables a ambos géneros, por lo que usaré el masculino que es el que se utiliza en nuestro precioso idioma, que no requiere de modificaciones cibernéticas. Ahí les van las respuestas obtenidas.
Quisiera ser niño otra vez:
PARA JUGAR, fue la respuesta más repetida, no importa que tipos de juegos, incluidos los electrónicos que solamente los niños menores a 30-40 años entienden; para los niños mayores de 40 años se me vinieron a la mente varios juegos que a mí también me gustaría volver a jugar: a la roña, los encantados, al bote corrido, el pan y queso, las escondidas, al balero, al trompo, al tacón, las canicas (catotas para los más mayores), a las muñecas, brincar la cuerda, la patada (ahora futbol), beisbol, y muchísimos juegos más, algunos de ellos se los tendrán que explicar los mayorcitos a sus hijos o nietos si llegan a mencionárselos.
PARA CANTAR LAS MAÑANITAS Y EL HIMNO NACIONAL sin que me dé vergüenza. Qué sabroso cantábamos estos dos iconos de la música nacional sin importarnos lo que dijeran los demás y sintiendo cada una de sus estrofas. Ahora cuando lo hacemos volteamos a ver la cara que ponen nuestros vecinos de banca o del lugar adonde estemos.
PARA SOÑAR A QUÉ VOY A SER CUANDO SEA GRANDE. Horas nos pasábamos platicando qué íbamos a ser cuando fuéramos grandes, ahora que somos grandes casi ni nos acordamos de lo que éramos cuando éramos niños.
PARA DEJAR QUE MIS PADRES SE PREOCUPEN POR MÍ, correr a los brazos de mi amá, pues por lo general mi apá andaba trabajando, cuando me enfrentara a cualquier tipo de problema que no pudiera resolver de manera inmediata. Eso sí, lloraba hasta que ella me viera llorar, antes no.
PARA IR AL CAMPO Y ASOMBRARME CON LA NATURALEZA. Qué bonito era cuando veía a una colonia de hormigas cargando los pedazos de hojas, para un lugar desconocido y que terminaba en un hoyo en el suelo; una cachora que corría y de repente se paraba para hacer “lagartijas” y después seguir su carrera; un nido de pájaros y si tenía suerte mis hermanos mayores me cargaban para poder ver los huevos depositados ahí, sin siquiera considerar la maravilla de ingeniería y arquitectura que representaba ese nido; los colores que tomaba el cielo al atardecer, muchas veces con las nubes en forma de borreguitos que hacían volar mi imaginación.
PARA DISFRUTAR DEL MAR A TODO LO QUE DA. Mojarme en su agua salada, llenarme de arena al tratar de hacer ese castillo que nunca me salió, renegar cuando mi amá me decía que ya nos fuéramos pues era demasiado sol y me podía enfermar.
PARA NO HABLARLE A ESE COMPA CON EL QUE ME PELEÉ. Quizás por una tontería, algunas veces llegando hasta los golpes, aunque la mayoría de las veces no, pues a los dos nos daba miedo llegar a esa instancia, después si nos cruzábamos en el camino simplemente nos ignorábamos y de ahí no pasaba, posteriormente en la primera oportunidad volvíamos a estar jugando juntos como si nada hubiera pasado.
PARA COMER LO QUE SE ME PEGUE LA GANA. Sin preocuparme si después me dolerá el estómago, tendré acidez, agruras, engordaré, los triglicéridos, el colesterol, etc.
PARA QUE MI UNICA PREOCUPACIÓN SEA QUE ME ALCANCE EL DOMINGO QUE ME DIO MI APÁ. Ir al mercado y comprar ese balero para el que he ahorrado durante varios domingos y no tener la preocupación de si el PIB de México es mayor o menor que el de otros países que ni conozco ni conoceré.
PARA SIMPLEMENTE VIVIR. Pasar el tiempo sin pensar demasiado el futuro, sin hipocresías, sin andar buscando a otros para abusar de ellos, más bien buscar nuevos amigos.
Esas son algunas de las respuestas que compilé, claro que hay muchísimas más, cada uno de nosotros tendrá su respuesta personal. Por lo pronto voy a tratar de ser otra vez el niño que alguna vez fui y que quién sabe por qué deje de ser, así que si mis amigos me ven actuando de alguna de las maneras descritas en sus respuestas, que no les sorprenda y entiendan que sus críticas ni las tomaré en cuenta, total como niño ….. no las tomaré en cuenta.
Jorge A. Lizárraga Rocha