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Hace 15 años cuando falleció su esposa, José Galindo López pensó que su vida había terminado, que no tenía sentido seguir adelante y cayó en depresión.
Así estuvo durante siete años, triste, con crisis emocionales, a penas si comía, hasta que en el IMSS le dieron una alternativa para solucionar su estado de salud, activarse físicamente.
Decidió tomar clases primero de aerobics y desde hace un par de meses, práctica el yoga, con lo que no solo ha dejado atrás la depresión en la que vivía, ahora se siente más joven, con mayor fuerza y como el mismo dijo “más macizo”.
“Me siento mejor, porque antes me sentía muy estresado, yo desde que entre aquí, cuánto tiempo lleva haciendo yoga?, como ocho años antes hacia aerobics, por qué estaba estresado?, desde que falleció mi esposa, me sentí mal ya me atendieron aquí, vine y me empecé a sentir mejor, yoga y que otras actividades realiza, aerobics”, platicó.
Don José quien se pensionó como panadero, es uno de las tantas historias positivas que el IMSS en Ciudad Obregón tiene para compartir, donde sin la necesidad de tomar constantemente medicamentos, a través de la activación física, han logrado que enfermos se curen o al menos, mejoren su estado de salud.
La práctica del yoga no solo trae múltiples beneficios a niños, jóvenes ya adultos que lo practican, también a los abuelos, dijo la instructora del Centro de Seguridad Social, Rosario Gutiérrez Fraijo.
“Para los adultos mayores hay beneficios para el Alzhéimer, Parkinson, hay ejercicios par todo el cuerpo, para una mayor oxigenación ene l cuerpo, para estar más flexibles, entonces les digo que si se mueve el cuerpo, se mueve la mente, y están activos mentalmente, haciendo yoga se evitan muchas enfermedades, el Alzhéimer, el Parkinson, la artritis, le digo que le van a quitar muchas enfermedad al seguro social si seguimos haciendo yoga”, mencionó.
Son cerca de 25 abuelos los que lunes, miércoles y viernes de cada semana, durante tres horas, practican yoga en el Centro de Seguridad Social del IMSS de la calle Hidalgo esquina con Miguel Alemán.
En esas tres horas, a los abuelos se les enseña a respirar y a relajarse conscientemente, lo cual de hacerlo durante 10 minutos y de manera correcta, puede equivaler a 8 horas de sueño, además de 45 minutos de posturas, cada una de las cuales es un masaje a un órgano interno en específico.
“Tengo un caso de una persona que la mando un psiquiatra, que siempre estaba dopada, porque era muy nerviosa, entonces el mismo psiquiatra la mando a hacer yoga y ahorita no te toma una pastilla, dice que ella tomaba pastilla para dormir, otra para estar despierta”, declaró la instructora.
