Nos comenta un lector de Infocajeme:
"Tuve la desgracia de entrar hace unos días a la calle Puebla por la Hidalgo. Era el mediodía y yo conducía mi carro rumbo al trabajo.
"No lo hubiera hecho. De repente quedé atrapado en un embotallamiento infame. Apenas veinte metros de la Hidalgo y ya no podía volver hacia atrás porque estaba rodeado de otros carros, la mayoría conducidos por señoras que iban a recoger a sus hijos recién salidos de la escuela Calleja.
"Fue realmente un tormento chino. Las señoras y los señores se sienten con derecho a pararse todo el tiempo que sea necesario hasta que salga el bodoque de la escuela... No se vale. Me hicieron perder mucho tiempo en medio de un espantodo calor (mi auto no tiene aire) y de gritos de señoras".
Así más o menos fue lo que nos contó este lector. Su experiencia es similar a muchos automovilistas que tienen la mala suerte de quedar en ese embotellamiento, uno de los peores de la ciudad a esa hora.
Los agentes de tránsito brillan por su ausencia. Si acaso hay uno en la esquina de Veracruz y Guerrero, pero parece como si no hubiera ninguno.
Algo hay que hacer. Oficiales de tránsito pongan a trabajar su imaginación. Olvídense un rato de todos los automovilistas que planean detener en las noches de fin de semana y hagan algo práctico para poner en orden esta situación.