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Cerca de 30 niños de Las Areneras sufren actualmente de infección en los ojos y así como se alivia uno, se enferma otro, situación con la que ya aprendieron a vivir los habitantes del lugar a consecuencia del polvo que levantan los carros cuando pasan por el bordo del Canal Bajo.
Al ser una de las poblaciones con mayor pobreza en el municipio, curar a los niños a veces les resulta inalcanzable para el bolsillo de los padres de familia, pues se debaten entre comprar comida o medicamentos.
Carolina Ayala Andujo, es una de las madres de familia de Las Areneras que con dificultad, logra comprar la pomada y la manzanilla para el lavado diario de los ojos de su hija Erika Gil Ayala, quien desde hace un par de días contrajo por sexta ocasión en lo que va del año, una fuerte infección en sus ojos.
“Aquí se nos enferman mucho de los ojos, mucho y de la garganta, por el polvo, ve nomás, yo vivo para allá abajo y hay un poco menos, pero la niña va a la escuela que está pegada al camino y ve todo el polvo, es demasiado el polvo que hay en la escuela, ahorita la tengo bien mala, la mando a la escuela y ya llega a la escuela con los ojos bien irritados”, comento la madre.
Así como la peque Erika de 6 años que actualmente no está asistiendo a clases en lo que logra vencer la infección en sus ojos, es constante que los menores falten a la escuela a consecuencia de la enfermedad en ojos y garganta, lo que representa atraso en sus estudios.
“Aquí lo recomendable es que pues si está lejana la posibilidad de que nos pavimenten, pues es la orilla de un canal, que al menos el Ayuntamiento nos mandara dos veces por regar en la mañana la pipa, porque es muy leve lo que riega y una vez no siempre diario, y se seca y ahí está el polvo de vuelta, digo de perdida dos veces en la mañana que los niños están en la escuela, por ellos”, expuso la madre.
La pequeña y varios de sus amigos del barrio, por las mañanas no pueden abrir los ojos, es necesario un lavado con manzanilla, lo cual hay que repetir por las noches y durante el día, aplicar una pomada para la infección.
“No los puedo abrir, me arden, si los abro pero me arde mucho por eso mejor los cierro y para que no entre más polvo a mis ojos”, platicó la pequeña.
Además de las consecuencias que en la salud de los niños trae el polvo, el uso de letrinas por la falta de drenaje acarrea otros problemas de salubridad.
