Una noche feliz, de sana alegría y convivencia al ritmo de "la música que llegó para quedarse", así fue la noche sabatina con la Sonora Santanera en la plaza Álvaro Obregón.
Desde "Perfume de gardenia" a "La Boa", sin faltar "El mudo" y "Las luces de Nueva York"... éstos y otros temas que forman parte del cancionero popular mexicano fueron cantados y bailados por un público fiel a la música que contagia alegría y suspiros.
"¿Por qué ya no componen canciones así?", pregunta una señora que dice estar harta de los narcocorridos, de la música grupera y otras vulgaridades que acaparan los programas de radio y televisión.
Aquí, con la Sonora Santanera, se evidencia la sana vitalidad de la música popular. Jóvenes, niños, personas de la tercera, cuarta y tal vez quinta edad mueven las piernas, las caderas, los brazos, el espíritu de una raza bailadora de cumbias.
Hay nostalgia por temas que se asocian con años lejanos, cuando los escuchábamos en el tocadiscos o consola, pero esta alegría musical es de hoy, es de siempre, como la luna de mayo que nos acompaña.